La ubicación (y su clima) del coche eléctrico usado que compres tiene importancia, ¿por qué?
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Publicado: 20/09/2023 17:01
Cuando hablamos del rendimiento de las baterías de los coches eléctricos (y de las baterías en general), siempre decimos que las temperaturas extremas no suelen ser buenas compañeras. Cuando circulamos, o cuando cargamos una batería, y esta está a temperaturas demasiado altas o demasiado bajas, la autonomía del vehículo se verá afectada.
Esto es un hecho, claro. Sin embargo, un estudio realizado por Recurrent en Estados Unidos nos da una perspectiva nueva que los compradores de coches seguramente no tengan en cuenta. Al fin y al cabo, estamos más acostumbrados a comprar y vender vehículos con motor de combustión; sin embargo, con los eléctricos al alza y el futuro claramente dirigido al coche eléctrico, los hábitos de compraventa cambiarán.
Es cierto que, a la hora de comprar un coche de segunda mano, seguiremos prestando atención a algunos detalles habituales de siempre: cómo está la carrocería, el interior, si funciona correctamente, si ha sufrido algún golpe, etc. Cuando vayamos a comprar un coche eléctrico usado, una de las mayores preocupaciones será saber el estado de la batería.
Las baterías, como las personas, envejecen con el paso del tiempo. Sin embargo, el uso que le hayamos dado al vehículo va a marcar su rendimiento a medio y largo plazo. Y aquí entra este factor que os hemos introducido: la ubicación del vehículo y el clima que tiene esa zona.
España es un país con muchos contrastes de temperatura entre norte y sur, entre Atlántico y Mediterráneo. En Estados Unidos, con distancias mucho mayores y con buena parte del país más cerca y alejado a su vez del Ecuador, existen climas muy opuestos: climas «caliente húmedo» y «caliente seco» en el sur; climas «frío», «muy frío» y «subártico» en el norte.
Es lo que Recurrent ha englobado bajo dos colores: azul para los climas fríos y rojo para los climas cálidos. Y a partir de ahí, ha tomado como referencia los Tesla Model Y en el país norteamericano y ha sacado la autonomía media restante de los vehículos de segunda mano. El resultado es que la «puntuación de alcance promedio», que nos dice cuánto porcentaje de autonomía resta sobre las cifras originales, es mayor en las regiones con climas fríos: 95, frente al 92 de los climas cálidos.
Unos datos interesantes y que podríamos extender a cualquier región con temperaturas extremas tan diferentes. En España, por ejemplo, no hay tantas diferencias de clima, pero sí que es un dato a tener en cuenta. Y resulta también interesante que se haya tomado el Tesla Model Y como ‘conejillo de indias’, ya que este coche eléctrico tiene unos sistemas de gestión térmica de la batería proactivos. Si vemos esas diferencias en un vehículo de este calibre, lo será todavía más si el coche eléctrico que queremos comprar no cuenta con esta tecnología.
Qué hacer para evitar la degradación excesiva de la batería
Esto no quiere decir que los coches eléctricos sean menos válidos para los climas cálidos, ya que hay formas de reducir los problemas que supone dejar el coche expuesto al sol durante muchas horas, lo cual acelera la degradación natural de la batería.
Desde Recurrent dan una serie de consejos útiles y medidas para proteger las baterías del calor:
- Intentar, si se puede, dejar el vehículo aparcado en un garaje o a la sombra cuando hace mucho calor.
- Si no hay más remedio, se recomienda dejar el vehículo a media carga, ya que la batería es más estable en estas condiciones.
- A la hora de escoger vehículo y sabes de partida que estará expuesto a altas temperaturas, podrías considerar elegir un vehículo con batería LFP, ya que son más resistentes a las temperaturas elevadas.
- Y como decíamos antes, contar con un sistema de gestión térmica activo para la batería es importante, y dejarlo enchufado cuando no esté en uso si se va a dejar al sol.
¿Y qué sucede con el frío? Las condiciones extremas de frío también pueden afectar al rendimiento de una batería; sin embargo, los posibles efectos negativos son temporales y no causan daños permanentes como el calor extremo.
Recurrent nos recuerda que la exposición de una batería al calor extremo «aporta energía adicional a las reacciones electroquímicas de la batería, lo que puede acelerar reacciones químicas no deseadas que envejecen prematuramente la batería». En este sentido, el umbral generalmente aceptado que acelera la degradación de la batería es a partir de los 30 grados.
El frío, en cambio, provocará que las demandas de energía en el coche sean mayores, sobre todo para calentar el habitáculo y la propia batería. Sin embargo, el efecto electroquímico es diferente, por lo que una vez que se vaya el frío, el estado de la batería volverá a la normalidad.
Fuente | Recurrentauto.com