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California se cansa de los taxis autónomos y ordena retirar toda la flota de Cruise

Duro golpe el que acaba de recibir Cruise, la división de coches autónomos de General Motors, que tendrá que retirar toda su flota de taxis autónomos de California, después de una serie de incidentes.

El origen del conflicto entre las autoridades californianas y la empresa está en varios fallos de funcionamiento, que han dado como resultado diferentes accidentes. Uno de ellos cuando una unidad de Cruise se estrelló contra un camión de bomberos, que estaba estacionado con las luces encendidas.

Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el reciente atropello de un peatón en las calles de San Francisco, que previamente había sido atropellado por un vehículo conducido por un humano.

Según informa Reuters, el incidente llevó a la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras a abrir una investigación sobre los trabajos de los taxis autónomos de Cruise, para averiguar si la compañía ha tomado suficientes medidas de seguridad para proteger a los peatones.

«Con base en el desempeño de los vehículos, el departamento determina que los vehículos del fabricante no son seguros para la operación del público«, dijo el DMV en un comunicado, citando «un riesgo irrazonable para la seguridad pública«.

Desde la Administración de Tráfico de California se ha indicado que Cruise no había facilitado inicialmente todas las imágenes de video del accidente y añadió que: «los vehículos de Cruise pueden carecer de la capacidad de responder de manera segura y adecuada durante incidentes que involucran a un peatón«.

La administración ha ofrecido al fabricante americano el continuar con sus actividades, pero contando con un supervisor humano tras el volante. Algo a lo que se ha negado GM, por lo que las autoridades han decidido suspender de forma inmediata todas las actividades de la flota.

Un negocio de futuro que desde General Motors se ha indicado puede llegar a generar más de 50.000 millones de dólares al año, pero que de momento es una fuente de gastos, con un tercer trimestre donde el fabricante americano se ha apuntado unas pérdidas de 723 millones de dólares por parte de su flota de robotaxis, y unas pérdidas acumuladas desde el inicio de sus actividades en 2018 que ya llegan a los 5.000 millones de dólares.

Opinión

Está claro que la seguridad es lo principal, y el fabricante debe trabajar con las autoridades de tráfico para aclarar cuáles han sido las causas de los fallos durante el funcionamiento de estos taxis autónomos.

Eso sí, también deberían analizar la tasa de accidentes de esta flota en comparación con los taxis humanos, así como comparar el porcentaje de errores frente a los errores de los conductores. Y es que el caso del atropello es un claro ejemplo de que el origen del problema ha sido precisamente un fallo humano, al atropellar el primer vehículo a un peatón. Pero nadie se ha planteado prohibir la conducción humana a pesar de los muchos incidentes que hay cada día.

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