Renfe ha tomado una medida polémica que está levantando suspicacias en las redes sociales en las últimas horas. Su Consejo de Administración ha decidido que se prohíba el acceso de patinetes eléctricos, así como monociclos o «cualquier otro dispositivo de movilidad personal eléctricos o dotado de baterías», en todos los trenes de Renfe Viajeros a partir del 12 de diciembre.
Eso afecta, por ejemplo, a los trenes de Alta Velocidad y Larga Distancia como AVE, Avlo, Alvia, Avant, Euromed o Intercity; trenes Regionales y, como punto quizás más conflictivo, los trenes de Cercanías. Eso sí, se establece una excepción para los vehículos de personas con movilidad reducida y las bicicletas eléctricas.
¿El motivo? Renfe lo atribuye a «criterios de salud pública y de seguridad de los viajeros», pero en el fondo están los casos de incendios de baterías de algunos patinetes registrados en «algunos transportes públicos», como en el Metro de Madrid el pasado mes de octubre.
«Manipulación de la batería, desperfectos por golpes, paso del tiempo, utilización de cargadores diferentes, etc.», detalla la nota de prensa compartida por Renfe en su página web, donde a su vez hace mención a ciudades concretas en las que se han tomado medidas similares, como Sevilla en 2021, Cataluña y el servicio de Ferrocariles de la Generalitat, en el Metro de Londres o Hamburgo.
Renfe ya está anunciando de la medida en sus redes sociales y hará lo propio en las estaciones. Por ejemplo, en las estaciones de Cercanías gestionadas por Renfe se informará de dicha prohibición si se detecta a un viajero con un patinete eléctrico. La empresa de transportes ha prometido que se harán «inspecciones aleatorias con interventores y agentes de seguridad».
Cuando la medida entre en vigor el próximo 12 de diciembre, estos últimos podrán obligar a los viajeros que lleven un patinete eléctrico a abandonar el tren. En redes sociales las críticas y dudas rodean a las cuentas oficiales de Renfe, que remite a su noticia en la web y no da más explicaciones.
Opinión
La decisión de Renfe es, cuanto menos, controvertida. Los gobiernos quieren que los ciudadanos no cojamos el coche, y sí que usemos el transporte público y medios de movilidad personal cero emisiones para aliviar el aire de las ciudades.
Y ahora llega una empresa pública, dependiente del Ministerio de Transportes, y prohíbe el acceso de los VMP más populares en la actualidad junto a las bicicletas. ¿Nadie se ha parado a pensar que hay muchos ciudadanos que usan una combinación de trenes y patinetes?
De qué sirve alentar al uso de medios de transporte alternativos si luego se ponen trabas como estas sin analizar en profundidad los motivos de los problemas con las baterías de estos patinetes. ¿Harán lo mismo si explota la batería de una bicicleta eléctrica? ¿O de un móvil o ordenador portátil?
