Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha confirmado que el grupo está trabajando en una estrategia alternativa en caso de que los resultados de las próximas elecciones estadounidenses y europeas afecten a los ambiciosos planes de electrificación de ambas regiones, lo que podría alargar la vida de sus modelos con motor de combustión interna.
Recordemos que Stellantis aspira a que, de cara al año 2030, el 50% de sus ventas en Estados Unidos y el 100% en Europa se correspondan con vehículos eléctricos. Sin embargo, la transición a la electromovilidad finalmente podría ser más lenta de lo previsto, un posible escenario que no pillará a pie cambiado al conglomerado franco-italiano.
«El año que viene habrá dos elecciones muy importantes: la elección del Parlamento Europeo en junio y la elección de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en noviembre. Podría ser que a partir de entonces la política sea diferente. Es posible que tengamos que cambiar nuestra estrategia si la opinión pública se inclina menos hacia los vehículos eléctricos. Una de mis tareas es preparar la empresa a las nuevas condiciones. Tenemos planes para ello».
La Unión Europea planea prohibir la venta de automóviles nuevos con motor de combustión interna (exceptuando aquellos capaces de funcionar exclusivamente con combustibles sintéticos climáticamente neutros) a partir del año 2035, una fecha que ha sido aceptada por los principales grupos del viejo continente.
Las ventas de eléctricos están atravesando un bache
En los últimos tiempos, la demanda de coches eléctricos en Europa ha comenzado a ralentizarse. Aunque las ventas todavía crecen, lo hacen a un ritmo más bajo del proyectado, en parte por la subida de los tipos de interés, en parte porque muchos clientes están esperando la llegada de modelos más asequibles, los cuales comenzarán a desembarcar en 2024-2025.
Stellantis se ha adelantado a sus rivales de Renault y Volkswagen con el lanzamiento del Citroën ë-C3, un utilitario del segmento B que tendrá un precio de partida en nuestro país de 23.800 euros antes de ayudas, una cifra muy competitiva que sin lugar a dudas lo convertirá en una opción muy popular entre los usuarios.
Asentado sobre la plataforma low-cost Smart Car, el ë-C3 equipa un motor de 113 CV (83 kW) y una batería LFP (litio-ferrofosfato) de 44 kWh de capacidad, suficiente para anunciar una autonomía de 320 km WLTP. En cuanto a la carga, llega a un pico de 100 kW en corriente continua, tardando 26 minutos en pasar del 20 al 80%. En 2025 se añadirá una variante de 200 km WLTP con un precio objetivo inferior a los 20.000 euros.
Fuente | Automotive News Europe
