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Para triunfar en Europa, los fabricantes chinos tienen que comenzar a fabricar de forma local

En los últimos dos años una fuerza ascendente se ha hecho presente en Europa. Hablamos de los fabricantes chinos, que como los japoneses y coreanos hace 30 o 40 años, se enfrentan ahora a una fase que, después del latigazo inicial, representa grandes retos para consolidar su presencia.

Cuando en los años 80 y 90 los grupos japoneses vieron la oportunidad de abrirse paso en Europa y Estados Unidos, comenzaron una expansión donde sacar el máximo partido a su elevada eficiencia y a la calidad de sus vehículos.

Pero Europa puso freno a las importaciones, con cuotas máximas anuales, algo que llevó a las marcas asiáticas a levantar sus primeras fábricas en suelo occidental. El resto de la historia ya la conocemos, siendo un éxito de ventas y formando parte de los listados de modelos más valorados y vendidos.

Ahora los fabricantes chinos se están enfrentando al mismo dilema. En este caso las marcas del gigante asiático tienen una fuerte ventaja en cuanto a costes de producción de coches y baterías, lo que les permite ser más competitivos. Algo que ha levantado de nuevo las sospechas de Europa, que acusa a China de entregar ayudas ilegales a sus fabricantes, lo que les daría una ventaja competitiva frente a las europeas.

Levantar fábricas, una alternativa real y cercana

Según William Wang, director de MG en Europa, «Cuando se venden 200.000 automóviles al año, es mejor fabricar localmente. Las ventajas para MG incluyen una mayor capacidad de respuesta a los gustos europeos y una mejor integración en el mercado«.

Si echamos un vistazo a los números de la propia MG, vemos que este año han vendido hasta octubre 170.000 coches en Europa, lo que supone un crecimiento del 123% interanual. Una cifra que acerca mucho la posibilidad de levantar una fábrica para la que ya están buscando y negociando emplazamiento.

Eso a pesar de que MG ha llegado a un límite máximo teórico de importación de coches, que le impide crecer todavía más. Algo que tiene que ver con las dificultades y coste de enviar coches desde China.

Una fábrica en Europa que daría solución a este problema, y en lo que también está trabajando BYD, que incluso se rumorea podría instalarse en España, concretamente en la zona de Galicia.

Ventas fabricantes chinos en Europa

Una implantación de los grupos chinos que comenzó en 2019, y que lo hizo en el laboratorio de Noruega, donde además de fuertes ayudas, los fabricantes del gigante asiático no tienen que pagar el 10% de aranceles de la UE. Algo que ha favorecido la llegada de marcas como Nio, Xpeng y BYD.

Desde ahí, estos se han expandido al mercado europeo con distintos grados de éxito, y a finales de octubre, las marcas chinas habían acaparado una cuota de mercado del 3% en toda Europa Occidental.

La cuestión es que levantar fábricas en Europa puede ser una solución a un problema, pero también supondrá tener que afrontar grandes inversiones.

Los expertos indican que fabricar un coche en China es entre un 20 y un 25% más barato que en Europa. Algo que supone que tienen mayor ventaja incluso que los japoneses.

La razón para apostar por esta alternativa es que permitirá reducir las posibilidades de escuchar los tambores de guerra comercial que planean actualmente sobre las importaciones de coches desde China a Europa.

Si los grupos chinos se hacen con una parte del mercado, Europa impondrá fuertes aranceles, lo que diluirá buena parte del margen de venta, y otorgará ventaja a las marcas con fábricas en el viejo continente.

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También está la cuestión cultural. China y Europa tienen culturas automovilísticas muy diferentes. Esto provoca que los gustos de los europeos no pueda ser tan fácilmente detectados si la empresa está radicada en China. Es por eso que cada vez más marcas asiáticas tengan centros de desarrollo en nuestro mercado, para atender a los gustos y cambios de tendencia de una forma más acertada y rápida

Por último otra razón que no suele ser contemplada, pero de gran importancia. Y es que con una fábrica cerca de tu mercado, puedes producir, entregar y cobrar tu coche de forma rápida. En cambio si tienes que mandar el coche desde China, son entre 6 y 8 semanas entre que el coche sale de la línea de producción hasta que llega a su cliente. Y eso tiene su impacto en las cuentas.

Aspectos que nos indican que los fabricantes chinos han llegado al momento de comenzar a levantar sus fábricas en Europa, tal como lo han hecho en su momento japoneses y coreanos. Ahora queda ver quién se lleva esa inversión y la fuerte generación de trabajo directo e indirecto, tanto en la producción de coches, como la de baterías que suele venir asociado.

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