¿Debería BMW estar preocupada por BYD?

¿Debería BMW estar preocupada por BYD?
Yangwang U9

9 min. lectura

Publicado: 23/01/2024 12:38

El crecimiento de BYD ha sido espectacular en los últimos años, con unas ventas impresionantes y grandes planes de expansión. La marca china vendió tres millones de coches eléctricos e híbridos enchufables el pasado año, de los cuales 1,6 millones son totalmente eléctricos, y que ahora además de volumen, también está comenzando a apuntar a los segmentos premium.

El pasado año, las ventas de BYD aumentaron un 62%. Un año donde BMW vendió 2,5 millones de unidades, con una cuota del 15% de para los coches eléctricos (330.596 unidades) . Entonces uno tiene que preguntarse: ¿Debería BMW preocuparse por el ascenso de BYD en el mercado global?

Vamos a analizar las fortalezas y debilidades de ambas empresas y exploraremos las posibles oportunidades y retos que se tendrán que enfrentar en la industria del coche eléctrico. También veremos algunos de los factores clave que determinarán su éxito o fracaso en el futuro, como la innovación, la lealtad del cliente, la imagen de marca y el impacto ambiental.

BYD: sus puntos fuertes y débiles

El BYD Song L

Como recordamos, BYD se fundó en 1995 como fabricante de baterías, y entró en el mercado de la fabricación de coches en 2003. Tiene una cartera diversificada de productos, que van desde los urbanos, SUV, berlinas, hasta autobuses y camiones.

También tiene una fuerte presencia en China, el mercado automovilístico más grande del mundo, donde tiene una buena imagen de marca y reconocimiento entre los compradores. Algunos expertos sostienen que la experiencia de BYD en tecnología de baterías le da una ventaja sobre sus competidores en términos de costes.

Como ejemplo, su amplia cartera y sus ventas. Pero en los últimos meses está realizando movimientos que hacen que la sombra de la preocupación asome por los consejos de administración de fabricantes premium, como BMW. Y es que como recordamos, BYD anunció un rival de 1.000 CV para el BMW i5 M60, el YangWang U7, que se lanzará en la segunda mitad de 2024.

Además, BYD ha demostrado hasta ahora su capacidad para innovar y adaptarse a las cambiantes tendencias del mercado. Por ejemplo, lanzó la nueva versión de la berlina Han, que cuenta con una batería Blade que puede soportar altas temperaturas y fuertes golpes, un sistema DiLink que permite a los usuarios controlar su automóvil con su teléfono móvil, así como un avanzado sistema de conducción autopilotado.

Al igual que la mayoría de las empresas chinas, BYD tiene la visión de crear un ecosistema que integre energías renovables, transporte inteligente y servicios digitales. Por ejemplo, se ha asociado con Didi Chuxing, la plataforma de transporte privado más grande de China, para ofrecer vehículos eléctricos a sus conductores y pasajeros.

Entre sus debilidades, a pesar de sus progresos, BYD todavía carece de reconocimiento y reputación global, especialmente en el segmento premium, donde se enfrenta una dura competencia de marcas establecidas como BMW, Tesla y Mercedes-Benz.

En una reciente entrevista, los ejecutivos de BMW revelaron que los clientes chinos siguen teniendo un gran interés en la ingeniería y los productos premium alemanes. Por lo que BYD tendrá que trabajar fuerte para convencer a los clientes de los segmentos altos para dar el salto a su marca.

Otro de los retos para la marca asiática es su enorme dependencia del mercado chino. Este representa más del 90% de sus ventas totales, algo que se convierte potencialmente en una debilidad, ya que expone al fabricante a eventos críticos, como riesgos regulatorios, tensiones geopolíticas y fluctuaciones del mercado.

Tampoco lo tendrá fácil para su expansión, sobre todo en el segundo mercado mundial del automóvil, y clave para las marcas premium alemanas y japonesas. Estados Unidos. Allí, BYD tiene que comenzar a desarrollar una red de distribución, y enfrentarse a unos costes arancelarios del casi el triple que en Europa, el 27,5%.

Además, en 2023, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que introduce créditos fiscales de hasta 7.500 dólares para los coches eléctricos que cumplan con criterios específicos de fabricación del vehículo y su batería, y que excluye a los modelos fabricados fuera de sus fronteras, e incluso cuya batería contenga materiales importados desde China.

En el caso de BMW, también afectada por esta medida, han movido ficha al comenzar la puesta en marcha de una fábrica de baterías en suelo estadounidense, lo que les permitirá sortear esta regulación.

Los retos de BMW

BMW plataforma Neue Klasse

BMW por su parte arranca en una posición más favorable, al contar con una imagen de marca sólida y establecida que el cliente asocia a lujo, el rendimiento y la calidad.

Esta reputación les proporciona una base de clientes leales, incluso en China. Sin embargo, los nuevos aspirantes, como BYD, que se centran exclusivamente en coches eléctricos, podrían atraer a un nuevo segmento de consumidores preocupados por aspectos como las emisiones, y que valoran con cada vez mayor asiduidad estas cuestiones a la hora de elegir coche.

Además, BYD ha estado expandiendo agresivamente su cuota de mercado, no sólo en China, sino a nivel mundial. BMW necesita considerar las implicaciones de esta expansión, especialmente en los mercados donde tradicionalmente ha mantenido una posición fuerte.

Por supuesto, el ascenso inicial de China puede atribuirse en gran medida al sustancial respaldo público que impulsó el crecimiento de la industria. Dado que los incentivos financieros al consumidor finalizaron en su formato completo a finales de 2022, los fabricantes han tenido que recortar precios para mantener el ritmo de crecimiento.

Esta estrategia se expandió rápidamente entre los diferentes fabricantes, en particular por BYD, entre otros, que lanzaron rebajas adicionales en otoño, intensificando aún más la guerra de precios.

Por todo esto, BMW debería estar preocupada y debería trabajar en aprovechar sus fortalezas y al mismo tiempo, adaptarse a un panorama que cambia rápidamente donde compañías como BYD están emergiendo como fuertes competidores.

La plataforma Neue Klasse es sin duda, el paso correcto en esa dirección, ya que ofrecerá a BMW una plataforma con la última tecnología de baterías. La clave es saber explicar a sus clientes, y a los nuevos que quieran atraer, las bondades de su propuesta frente a otras más económicas.

Y es que no olvidemos que BYD está acelerando sus planes de expansión, que incluyen desde aumentar las exportaciones desde China, como también poner en marcha una fábrica en Europa. Concretamente en Hungría, y que en dos años debería estar sacando adelante sus primeros coches.

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Una producción local que favorecerá su imagen de marca dentro del viejo continente, y que supondrá un nuevo punto de tensión para las marcas locales.

Esto se debe a que el coche eléctrico marca una clara tendencia: el cambio está nivelando el campo competitivo entre los fabricantes establecidos y los nuevos aspirantes, que hace fundamental para BMW el innovar continuamente y acelerar las actualizaciones de productos.

Un delicado equilibrio entre mantener su compromiso con su herencia y la alta calidad de sus productos, con unas actualizaciones mucho más dinámicas, que pondrá a prueba el futuro de la marca en los próximos años.

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