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Avistado durante unas pruebas el Mercedes Clase C eléctrico. Una berlina con hasta 850 km de autonomía

Después del pobre resultado de la primera generación, Mercedes ha decidido afrontar la segunda de una forma mucho más decidida, y entre las decisiones estratégicas está la de eliminar el EQC actual, y sustituirlo por una berlina que además no heredará ese apellido, sino que adoptará la de Clase C. Un modelo de amplia autonomía, pensado para viajar, que ha sido avistado durante sus últimas pruebas de invierno.

El nuevo Clase C estará a caballo entre los segmentos C (compactos) y D (medianos); no en vano, los actuales CLA y Clase C miden prácticamente lo mismo, motivo por el que Mercedes-Benz habría decidido racionalizar su oferta y suprimir duplicidades. 

La unidad avistada está fuertemente camuflada, pero nos permite ver que los germanos preparan una alternativa elegante y aerodinámica, alejada de la dictadura de los SUV que ha caracterizado hasta ahora la oferta de coches eléctricos de los de Stuttgart.

Vemos que cuenta con el habitual sensor en el frontal, tiradores de las puertas totalmente integrados, así como un sistema de luces delanteras afilado, que le otorgan un aspecto más agresivo. Destacar que el puerto de carga está sobre la aleta trasera del lado derecho, lo que abre el debate de su idoneidad, ya que permite acercar el punto a la toma de carga, pero obliga al conductor a dar la vuelta a todo el coche para llegar al mismo. Cuestión de gustos.

En las imágenes del interior podemos adivinar la presencia de una pantalla táctil central de al menos 15 pulgadas, que se encargará de dar servicio al sistema de info-entretenimiento. Sin duda la parte más divertida de estas fotos son las del volante, donde la perspectiva, esperemos, nos muestra un volante sin tiradores para los limpia, luces o intermitentes. ¿Se habrá marcado Mercedes un Tesla? La apuesta es que no, pero serían cuando menos llamativo.

Este se asentará en la plataforma MMA. Una arquitectura que se caracterizará entre otras cosas por contar con un sistema eléctrico de 800 voltios, y que será el primer modelo en adoptar esta arquitectura que, entre otras cosas, le permitirá acceder a recargas ultrarrápidas capaces de permitirle llegar al 80% de carga en menos de 20 minutos.

Un Clase C eléctrico que heredará elementos aerodinámicos del radical concepto EQXX, lo que supondrá contar con un bajo coeficiente de penetración aerodinámica. Ingredientes todos ellos que dibujan una propuesta viajera.

Esto se refrenda con los rumores internos que indican que será un modelo muy eficiente, con una unidad motriz (eATS) de desarrollo propio que le ofrecerá una eficiencia del 95%, frente al 80-85% típico de otros modelos eléctricos.

El nuevo EQC contará con dos versiones. Una de acceso con 650 km de autonomía homologada, y una tope de gama que será capaz de alcanzar los 850 km WLTP. Lo más interesante es que logrará estas elevadas cifras sin recurrir a baterías de capacidades y pesos monstruosos, y se espera que incluso en el caso de la mayor autonomía, se quede por debajo de los 100 kWh.

Para terminar también podemos destacar un aspecto clave y es que Mercedes-Benz planea utilizar grandes estructuras de fundición en el chasis para reducir peso y costes, lo que le permitirá lograr una producción más rápida si la demanda lo requiere, sin disparar los costes.

Un Mercedes Clase C eléctrico que debería llegar al mercado este mismo año, con un precio todavía por confirmar pero que debería situarse en la zona alta de las versiones con motor de combustión, donde encontramos al Clase C 300e, un modelo híbrido enchufable, que arranca en los 63.127 euros, mientras que la versión más costosa, antes de las variantes AMG, es el C 300d, también híbrido enchufable, que tiene un precio de 68.748 euros.

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