Un Jaguar i-Pace por menos de 30.000 euros. El mercado de segunda mano de coches eléctricos desploma sus precios

Después del shock de la pandemia en 2020, donde los precios de los coches se dispararon por la falta de componentes, el mercado se ha corregido y en 2023 hemos visto una fuerte bajada de precios. Algo que está teniendo continuidad este año, lo que ejerce presión en un mercado de segunda mano que tiene que ajustar sus tarifas para no cronificar los stocks. Un factor que favorece a los cazadores de chollos que ven como propuestas como el Jaguar i-Pace se han convertido en objetivos mucho más accesibles.

Son varios los factores que están favoreciendo la bajada de precios del mercado de coches eléctricos. Por un lado las previsiones de una ralentización del mercado por culpa de elementos como las elevadas tasas de interés, y también por la incertidumbre en el Mar Rojo por la guerra de Palestina, que amenaza el suministro de componentes.

También están otros aspectos como la retirada de ayudas públicas a la compra de coches eléctricos en mercado clave, como Alemania, donde las marcas han tenido que tirar los precios apoyados en una economía de escala cada vez más robusta en componentes como las baterías, que favorecen la ola de bajadas de costes.

Llegan los coches eléctricos de precio razonable

Otro elemento que está ayudando a que los precios bajen es la llegada de nuevas propuestas que dibujarán un 2024 mucho más atractivo en cuanto a número y variedad de opciones, pero también con unos precios mucho razonables que las primeras generaciones.

Propuestas como el nuevo Renault Scenic, con versión de hasta 87 kWh, 625 km de autonomía desde unos 45.493 euros, pero también las propuestas de MG, los nuevos Smart, el Volvo XC30…etc.

Algo que está provocando que los vendedores vean como la sombra de una bajada de precios y una oferta cada vez más amplia provoque que sus modelos queden obsoletos y tengan que volver a tirar precios.

Esto nos permite en la actualidad encontrar chollos en modelos tan interesantes como el Jaguar i-Pace. Un SUV muy deportivo, que no llegó a triunfar por la falta de actualizaciones y de visión por parte de la marca británica, que tenía una propuesta muy completa en casi todos sus aspectos.

Precisamente el diseño era una de sus grandes bazas. Un i-Pace que rezuma elegancia y calidad, a pesar de que afronta ya su sexto año en el mercado con mínimos cambios estéticos. Pero el tiempo no parece estar afectando a su aspecto.

Su cuerpo tiene unas medidas contenidas, 4.68 metros de largo, y a pesar de su aspecto deportivo, mantiene una capacidad de carga suficiente como para ser un buen compañero de viaje, 577 litros, que se pueden sumar al pequeño espacio del maletero delantero. 

Dentro encontramos un habitáculo que brilla a una gran altura en cuanto a calidades y acabados, con hasta tres pantallas y un Head-Up Display frontal. Eso sí, las plazas traseras son algo estrechas, y la caída deportiva del capó le otorga un aspecto agresivo, pero no apto para acompañantes muy altos.

En lo mecánico, el i-Pace llegó de la mano de una única configuración de dos motores que nos ofrecía una potencia de 294 kW (400 CV) y unos demoledores 696 Nm de par, que le catapultan hasta los 100 km/h en 4.8 segundos.

Además de acumular caballos, Jaguar ha hecho un gran trabajo en cuanto a chasis y suspensión, lo que convierte a este SUV en un verdadero deportivo capaz de pasar por curva de forma ágil y segura, alejándose de los balanceos o dudas de otros SUV, y donde encontramos elementos tan interesantes, pero opcionales, como la suspensión neumática electrónica.

La batería por su parte es un pack de 90 kWh brutos, 84.7 kWh útiles, que le proporcionan una autonomía de 470 kilómetros WLTP, con un consumo medio homologado de 18 kWh a los 100 km. Un sistema eléctrico que además contaba con una robusta garantía de 8 años o 160.000 km. Por lo que incluso las unidades más viejas, que no hayan pasado ese kilometraje, todavía están en garantía.

Donde no logró actualizar Jaguar su propuesta ha sido en un sistema de carga que cuenta con un más que competitivo cargador interno de 11 kW en alterna, pero que en la carga rápida en corriente continua se queda en 100 kW pico. Algo que se traduce que para llegar al 80% tendremos que esperar unos 45 minutos. Algo que puede hacer de los viajes más largos una tarea mucho más lenta.

Lo mejor de todo es que este elegante y potente modelo está disponible con precios sin financiar desde 29.990 euros, y con financiación parcial desde 26.990 euros. Un coste muy tentador para una propuesta premium que como recordamos en el configurador actual para una unidad a estrenar arranca en los 95.000 euros.