Un mes después de la presentación del Volkswagen ID.7 Tourer, la gama del familiar 100% eléctrico se ha ampliado con la llegada de una variante de altas prestaciones GTX. Se trata del station wagon más potente jamás fabricado por la firma alemana, lo que incluye al salvaje Passat Variant R36 de 300 CV, lanzado al mercado en 2008.
Desde un punto de vista estético, el ID.7 GTX Tourer se diferencia del ID.7 Tourer convencional mediante un kit de carrocería específico que incluye unos paragolpes aerodinámicos dotados de unas luces diurnas en forma de flecha. Las llantas de aleación ligera de 20 pulgadas están disponibles en color aluminio y negro; además, en opción se ofrecen otras de 21 pulgadas. Tampoco podemos dejar de mencionar el característico color Kings Red metalizado, un homenaje a la pintura típica del Golf GTI.
El ambiente en el habitáculo es decididamente deportivo, con unos asientos con costuras rojas, tapicería mixta tejido/microfibra y las siglas GTX bordadas en los respaldos. Como parte del «Paquete interior Plus» se ofrecen unos asientos ergoActive con ajuste eléctrico de 12 posiciones, masaje y función memoria. El puesto de conducción y los paneles de las puertas también reciben unos ribetes rojos a juego con las costuras del volante.
Equipa de serie faros Matrix LED IQ.LIGHT, cristales tintados, iluminación ambiental de 30 colores, el Head-up Display con realidad amentada, el asistente de voz IDA con integración de ChatGPT, climatizador bizona y el sistema Keyless Access. En materia de asistentes habría que destacar el Connected Travel Assist opcional (control de crucero adaptativo, Lane Assist y Emergency Assist) con datos online y cambios de carril asistidos.
Un station wagon de altos vuelos
Sin embargo, la novedad más reseñable la encontramos bajo la piel. Y es que, frente al modelo de 286 CV (210 kW) y tracción trasera, el ID.7 GTX Tourer hace gala de un sistema de propulsión con dos motores capaces de arrojar 340 CV (250 kW) de potencia. Esta configuración le proporciona tracción integral 4MOTION, una velocidad punta de 180 km/h y una capacidad de remolque que aumenta de 1.000 a 1.400 kg.
El motor trasero (286 CV) es el ya conocido APP550 síncrono de imanes permanentes, mientras que el delantero (90 CV) es un AKA150 asíncrono. En función de la demanda de potencia, la unidad anterior se conecta en fracciones de segundo; en el modo de espera, apenas consume energía, una característica de este tipo de propulsores que los hace ideales como apoyo. El tren de rodaje por su parte ha recibido unos estabilizadores más resistentes. La dirección progresiva se incluye de serie y la suspensión adaptativa se ofrece como opción.
Su batería de 86 kWh útiles (91 kWh brutos) le otorga una autonomía de hasta 625 km WLTP. En cuanto a la carga, puede alcanzar un pico de 200 kW en corriente continua, pasando del 10 al 80% en «mucho menos de 30 minutos». El sistema de gestión térmica permite preacondicionar el pack de forma inteligente, lo que acorta en varios minutos los tiempos de carga durante los viajes, sobre todo en invierno.
