Después de unos primeros años donde Europa, y más concretamente pequeños mercados como Noruega, han sido los protagonistas en cuanto a ventas de coches eléctricos, ahora es China el gran motor industrial. Un gigante que está engrasando la maquinaria y que se prepara para expandirse por todo el mundo con un potencial del que occidente no es consciente.
Según los datos de la consultora Alixpartner, mencionados por el Wall Street Journal, en China hay un total de 123 fabricantes de coches eléctricos.
Esta es una cifra totalmente demencial, sobre todo porque hablamos de marcas que fabrican coches eléctricos, sin contar los que se dedican al motor de combustión. Un número que podemos comparar con las 65 marcas que hay en el segundo mercado automovilístico del mundo, Estados Unidos, y aquí contando todas las tecnologías.
Esto quiere decir que China tiene más del doble de fabricantes de coches eléctricos que los estadunidenses en su totalidad. Algo que nos avisa del potencial que acumulan los chinos.
Una de las claves está en el fuerte apoyo que la nueva industria del coche eléctrico está recibiendo del gobierno chino. Una administración que está inyectando capital a sus marcas para lograr crear un ecosistema competitivo donde tengan que luchar contra sus rivales locales y foráneos. Una estrategia que está permitiendo una evolución extremadamente rápida.
Por ejemplo, los datos publicados hace unas semanas el Instituto Kiel de Alemania, el grupo BYD habría recibido al menos 3.400 millones de euros en subsidios gubernamentales directos como parte de la estrategia de las autoridades chinas para dominar el sector del coche eléctrico y de las baterías.
Una situación excepcional y donde muy posiblemente muchos nombres se queden en el camino en el corto y medio plazo, sobre todo cuando el gobierno corte las ayudas directas, en un mercado donde la competencia es brutal y donde solo cuatro marcas superan las 400.000 ventas al año: BYD, GAC Aion, Tesla y Wuling.
Pero los que sobrevivan contarán con una sólida base gracias a su decidida apuesta por el diseño, calidad y software, que se completa con una enorme inversión en sistemas de conducción autónoma, que les permitirá, junto con sus bajos costes de producción, expandirse por el mundo y enfrentarse de tu a tu a las marcas tradicionales hasta ahora reticentes a lanzar propuestas de precios más razonables.
Vía | WSJ
