Alemania celebra hoy la cumbre para salvar su industria automovilística

Alemania tiene una reunión entre el sector político y la industria del automóvil para discutir cuales pueden ser las medidas más interesantes para reactivar la demanda de coches eléctricos en el país.

Alemania celebra hoy la cumbre para salvar su industria automovilística
Volkswagen ID.4

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Publicado: 23/09/2024 11:03

Hoy lunes 23 de septiembre tendrá lugar en Berlín una reunión clave para la potente industria automovilística de Alemania. Un encuentro entre políticos, fabricantes y sindicatos, que sentará las bases de hacia donde irá un sector que se está quedando atrás técnica y comercialmente.

La reunión, convocada por el Ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, será un foro donde todos los protagonistas de la producción de coches alemanes se reunirán para hablar sobre la preocupante situación actual, con unas marcas con ventas cada vez más bajas, y sobre todo, una dinámica muy negativa en tecnologías como el coche eléctrico.

Cada protagonista trae bajo el brazo su solución a los problemas. Por un lado están los fabricantes, que piden el regreso de las ayudas públicas a la compra de coches eléctricos.

Los representantes de Volkswagen han propuesto recuperar el formato donde el estado entregaría 4.000 euros por la compra de un coche eléctrico nuevo, y ellos pondrían 2.000 euros. 

Una de las novedades es que Volkswagen plantearía seguir el ejemplo de Francia, y limitar el acceso a estas ayudas según las emisiones de su producción y transporte. En el caso francés, los eléctricos que superan las 14.75 toneladas de CO2 durante este proceso, no pueden acceder a los subsidios. Algo que ha afectado tanto modelos chinos, como modelos europeos fabricados en China.

Desde Mercedes por su parte, su Director Ejecutivo, Ola Källenius, ha indicado que Europa debería revisar sus límites de emisiones para 2025. Unas cifras que catalogan como irreales, y que pondrán en riesgo decenas de miles de puestos de trabajo.

Dentro del sector político también hay división de opiniones, con un SPD, el Partido Socialdemócrata que forma parte del gobierno, que ha propuesto la recuperación del programa de ayudas al achatarramiento de coches. Una ayuda a la compra de eléctricos a cambio de mandar al desguace a coches con una cierta edad.

Estación de carga de Mercedes en Alemania

Este formato también cuenta con detractores, como el Director del Centro de Investigación Económica Europea (ZEW) que ha indicado que el formato de achatarramiento no tiene apenas efecto en las ventas, y que no sirve para atraer nuevos clientes al coche eléctrico. Además, este formato es muy caótico por lo complejo de su burocracia, y frena las matriculaciones.

En este caso, apuesta por ampliar las inversiones en redes de carga, para evitar los monopolios que algunos operadores están tejiendo en algunas regiones, lo que mantiene el coste de la carga rápida artificialmente alto.

Desde el poderoso sindicato IG Metall, se ha pedido la recuperación del plan de ayudas que estaba activo hasta su abrupta desaparición el pasado año. Un formato que funcionaba, y cuya desaparición ha sido señalada como una de las principales causas del derrumbe del mercado del coche eléctrico en Alemania.

Avisos sobre la «cumbre de las subvenciones»

Producción del Volkswagen ID.3

Otros perfiles han avisado de que esta cumbre no puede convertirse en un encuentro para repartir ayudas públicas. 

Así lo ha indicado el diputado del grupo parlamentario FDP, Lukas Köhler: «Un intento de utilizar el dinero de los contribuyentes para encubrir los problemas de empresas individuales estaría condenado al fracaso, porque un modelo de negocio exitoso y sostenible no puede construirse a base de subsidios«.

El presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), Marcel Fratzscher, también cree que las subvenciones a empresas individuales o a la energía son un paso en falso. «Estos sólo ayudan a empresas individuales y no a toda la economía». La principal responsabilidad de la difícil situación de la industria automovilística es de las propias empresas, no de los políticos».

Desde los grupos ambientalistas también se ha querido aportar una visión propia. Por ejemplo, Greenpeace aboga por una política de financiación diferente. En lugar de una subvención, injusta y absurda, para los coches de empresa de 70.000 o de 80.000 euros, el estado debería poner en marcha un sistema que permita reducir el coste de los coches eléctricos tanto de empresas como particulares, pero con un precio máximo de 30.000 euros.

Además, según Greenpeace, para financiar este programa, Alemania debería poner en marcha un impuesto a los coches de combustión más pesados, como los SUV, que permitiría reducir el atractivo económico de estos, y dotaría de fondos a los coches eléctricos.