¿Merece la pena comprarse un coche eléctrico con 10 años de antigüedad?
Cada vez más clientes buscan una alternativa más económica para comprarse un coche eléctrico, y el mercado de ocasión está más activo que nunca con unidades de primera generación con precios muy competitivos.
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Publicado: 02/10/2024 10:17
A pesar de su mayor competitividad en costes operativos, actualmente la compra de un coche eléctrico supone un importante esfuerzo económico por sus elevados precios y la ausencia de un plan de ayudas público serio. Es por eso que muchos miran al mercado de ocasión. Un mercado cada vez más maduro, donde podemos encontrar unidades con 10 años con precios por debajo de los 10.000 euros. Pero, ¿merece la pena uno de estos veteranos modelos?
¿Vale la pena comprar un coche eléctrico de 10 años?
Es más que probable que un coche eléctrico con 10 o más años pueda ser el único coche de casa. Pero estos si pueden tener una utilidad como segundo coche, o como alternativa para moverse en recorridos cortos en ciudad o en el rural. Aunque sus prestaciones y tecnología esté muy lejos de las últimas propuestas a estrenar.
La autonomía es una de las claves. Pero, ¿cuánta autonomía tiene un coche eléctrico de segunda mano?
Obviamente, aquí entran en juego dos factores: uno es la pequeña capacidad de la batería de los primeros coches eléctricos, 24 o 30 kWh, y también la degradación de dicha batería.
No es algo que se pueda aplicar de la misma forma a todos los modelos, e incluso esto dependerá del trato y los km recorridos por cada unidad, lo que nos indica que deberíamos tratar esto casi de forma individualizada en cada coche.
Pero basta con mirar la autonomía declarada de un coche eléctrico antiguo para darnos una idea de hasta donde podremos llegar. Por ejemplo, el Nissan LEAF de primera generación tenía una autonomía de solo 175 km bajo el viejo y nada realista ciclo NEDC. El Mitsubishi i-MiEV (o sus clones Citroen C-Zero o Peugeot iOn) contaban con menos incluso, 150 km NEDC, y el BMW i3 tenía 190 km NEDC en su primera versión.
Por su parte, otra alternativa que se sale del gráfico es el Tesla Model S, ya por entontes ya arrancaba en cifras de 390 km NEDC para la versión de 60 kWh, hasta los 490 km de la 85D. Pero también hablamos de otros precios.
Estas cifras son solo la autonomía cuando son nuevos, no la actual, ni la futura. Si nos fijamos en los anuncios clasificados de los eléctricos más antiguos, con entre 50 y 100 mil km, vemos que los marcadores muestran cifras que rondan los 90 km en el caso del Nissan LEAF o el Mitsubishi i-MiEV, mientras que el Tesla Model S se mueve entre los 300 y 350 km reales. Cifras que en invierno pueden ser menores cuando el frío aprieta.
En cuanto a los precios, en el mercado podemos encontrar unidades del LEAF con cerca de 100.000 km, y 9 de las 12 barras, por debajo de los 10.000 euros. Por menos podemos llevarnos a casa una unidad del Citroen C-Zero, con unidades con 80.000 km por 7.790 euros. Por su parte, el Tesla Model S en su versión de 85 kWh tiene ofertas desde 24.900 euros con unidades ligeramente por encima de los 100.000 km. Un presupuesto por el que casi merece la pena apostar por los Model 3 más económicos, con ofertas del Model 3 Long Range Dual Motor desde 25.000 euros.
¿Merece la pena cambiar la batería?
Alguno pensará que la mejor jugada puede ser hacerse con una unidad de ocasión económica, y cambiarle la batería. Pero esto puede no ser una buena idea ya que las baterías todavía son elementos costosos, y puede que sea más cara la batería de sustitución que el coche.
El último estudio de la consultora Recurrent, indicaba que el coste de reemplazar una batería depende de varios factores, como la popularidad del automóvil, la disponibilidad de piezas y la demanda del mercado, pero los precios para los modelos de primera generación incluso han aumentado en los últimos años.
Por ejemplo, una batería de repuesto más la mano de obra para un Nissan LEAF de primera generación cuesta actualmente alrededor de 9.000 dólares en Estados Unidos, por los 7.000 dólares que costaba hace cuatro años.
Mientras tanto, las baterías usadas para un BMW i3 se venden por aproximadamente en torno a los 145 dólares el kWh, por lo que por la de 33 kWh tendríamos que pagar unos 4.800 dólares más mano de obra, mientras que por la de 42 kWh el coste aumenta hasta los 6.000 dólares más instalación.
La conclusión es que comprarse un coche eléctrico de primera generación tiene puntos a favor como su menor coste. Pero también en contra, como llevarnos un modelo menos equipado tecnológicamente, y sobe todo, con menos autonomía.
Pero si estamos dispuestos a aceptar esto, un modelo usado puede ser una excelente alternativa para iniciarnos en el mundo del coche eléctrico de una forma económica y sin más preocupaciones que la de desplazarnos hasta donde la carga de la batería nos lo permita.
Por supuesto, antes de lanzarnos a la compra tendremos que seguir unos consejos básicos, como el comprobar el estado de la batería mediante un análisis en el concesionario, o si no podemos, hacer una prueba de autonomía para saber al estado real de su batería. Nunca fiarnos de las cifras de autonomía que muestra el coche en parado.