
Comparativa costes viaje de 1.000 kilómetros: coche eléctrico contra combustión
El medio alemán Spiegel ha realizado una comparativa entre un coche eléctrico con uno de gasolina en un viaje de 1.000 km por Europa. El análisis revela cuánto se ahorra realmente en ruta y qué factores marcan la diferencia.

El medio alemán Spiegel ha realizado una interesante comparativa real entre dos SUV de alta gama durante un viaje de 1.000 kilómetros desde Stuttgart hasta Siena, en el corazón de la Toscana. El objetivo era claro: comprobar si es más barato viajar con un coche eléctrico o con un modelo de gasolina. Y lo han hecho con dos vehículos prácticamente idénticos en carrocería, potencia y confort, pero radicalmente distintos bajo el capó.
Ambos coches comparten categoría, diseño y enfoque premium, pero uno equipa un motor V6 de gasolina, y el otro una mecánica eléctrica pura. La ruta, pensada para disfrutar del paisaje y exigir lo justo a los vehículos, incluye autopistas alemanas, pasos alpinos y carreteras rurales italianas.
Datos reales, sensaciones reales

En términos de precio de compra, el eléctrico parte con una ligera desventaja: cuesta unos 4.500 euros más que su homólogo de gasolina. Pero el análisis del medio alemán no se centra en el coste de adquisición, sino en el gasto real durante el viaje, lo que permite evaluar también el impacto del estilo de conducción, las condiciones del terreno y la estrategia de carga o repostaje.
Según los datos recogidos por Spiegel, en tramos de autopista a velocidades sostenidas, el consumo del coche eléctrico se dispara, alcanzando 20,9 kWh/100 km, mientras que el modelo de gasolina logra mantenerse en unos sorprendentes 9,6 l/100 km, incluso por debajo de su media homologada.
Modelo | Porsche Macan 4 eléctrico | Porsche Macan S 2024 |
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Tipo de motor | Motor eléctrico | Motor V6 de gasolina |
Precio de catálogo | 84.100 euros | 79.534 euros |
Potencia | 408 CV | 380 CV |
Velocidad máxima | 220 km/h | 259 km/h |
Consumo (WLTP) | 17,9 kWh/100 km | 11,1 l/100 km |
Capacidad de carga / depósito | 100 kWh | 65 litros |
Autonomía WLTP | 612 km | 570 km |
Sin embargo, en zonas de montaña y tráfico urbano, el eléctrico recupera terreno. Gracias a la frenada regenerativa, consigue devolver energía a la batería en descensos prolongados, y en ciudad, reduce su consumo hasta un 30% respecto al valor oficial. En contraste, el motor térmico puede llegar a consumir un 80% más en entornos urbanos densos.
En cuanto a costes directos, Spiegel detalla que el modelo de gasolina gastó 158 litros de combustible durante el trayecto, equivalentes a 254 euros, mientras que el coche eléctrico necesitó 226 kWh, con un coste total de 142 euros. Una diferencia significativa que se traduce en más de 100 euros de ahorro a favor del eléctrico.
Eso sí, parte de esta ventaja se debe a la planificación inteligente de las cargas. El coche eléctrico utilizó redes con tarifa plana de 0,39 €/kWh, evitando precios puntuales que pueden superar los 0,90 €/kWh. El análisis subraya que, sin suscripción a estos servicios, los coches eléctricos pueden perder toda su ventaja económica en viajes largos.

Además, el eléctrico está exento del impuesto de circulación, que en el modelo gasolina asciende a 542 euros al año. Los costes de mantenimiento también juegan a su favor: según cálculos de EnBW citados por el medio, el mantenimiento del coche eléctrico es un 33% más barato, aunque las reparaciones, cuando llegan, pueden ser más costosas.
¿Y en sensaciones? El reportaje señala que el coche eléctrico ofrece un viaje más relajado, silencioso y con un empuje instantáneo que facilita los adelantamientos. En cambio, el modelo de combustión aporta un punto emocional: el sonido del V6 y la respuesta al acelerador convierten el trayecto en una experiencia más visceral.
Al final del viaje, en pleno centro histórico de Siena, Spiegel hace balance: el eléctrico ha ganado en eficiencia y coste por kilómetro, aunque sigue exigiendo planificación y cierta experiencia previa. Aun así, con el ahorro conseguido, el conductor pudo celebrarlo con un buen helado italiano. Porque a veces, ahorrar también sabe mejor.