
Convierte un clásico americano en eléctrico con piezas de un Tesla, incluyendo la conducción autónoma
Un usuario ha realizado una de las conversiones más locas que hemos visto hasta ahora. Ha transformado un Ford Mustang en eléctrico utilizando el sistema completo de un Tesla Model S. No solo el motor y batería, sino que ha instalado hasta el volante, el sistema de info-entretenimiento e incluso cuenta con conducción autónoma FSD.

Este apasionado del motor ha logrado revivir un icónico muscle car estadounidense usando el sistema eléctrico completo de un Tesla Model S de 2015. El resultado no solo demuestra la viabilidad de este tipo de transformaciones, que se enfrentan a grandes trabas en Europa, sino que también abre un debate sobre el verdadero potencial de reutilizar piezas de coches usados o de desguace, lo que reduce la huella de emisiones.
Un Tesla con más de 400.000 km como donante

El protagonista de esta conversión es un Mustang clásico, pero bajo su capó no hay rastro del tradicional V8. En su lugar, lo que impulsa este coche es un sistema eléctrico completo extraído de un Tesla Model S que ya acumulaba nada menos que más de 400.000 kilómetros. A pesar de semejante recorrido, el conjunto motriz sigue funcionando a la perfección, incluyendo la batería original.
El proceso de conversión no ha sido superficial. El usuario ha instalado todo el tren motriz del Tesla, incluyendo motor, batería y sistema de gestión energética, dentro del hueco del Mustang. Y lo más sorprendente es que, incluso en ese nuevo chasis, el coche se comporta de forma excepcional tanto en aceleración, mucho más rápido evidentemente, pero también en paso por curva o en labores como cargar el maletero cuando van a super.
Según los datos compartidos por el propietario, la batería conserva una capacidad estimada de 66,10 kWh, tras haber superado los 1.300 ciclos de carga y descarga. En total, la batería ha gestionado más de 98.500 kWh de descarga acumulada, lo que refuerza la idea de que estos sistemas están diseñados para durar mucho más de lo que muchos escépticos preveían.
A diferencia del clásico, con su ruidoso motor gasolina, este puede puede salir y entrar del garaje con total silencio. Pero lo más llamativo es que, a pesar de tratarse de un coche clásico, funciona como un Tesla moderno.
Este puede ser gestionado desde la app oficial, incluyendo funciones como control remoto del climatizador, apertura sin llave, localización GPS y hasta el Modo Convocado (Summon), que permite mover el coche hacia delante o atrás sin estar dentro del vehículo. Incluso lleva el estrambótico volante Yoke. Algo que lo convierte en una de las conversiones más llamativas que hemos visto hasta la fecha.
Lecciones sobre sostenibilidad
Este tipo de conversiones no solo tienen valor sentimental o estético. Resaltan la importancia de la reutilización de recursos en un momento donde la sostenibilidad es crucial. Y donde coches accidentados pueden dar nueva vida a otros vehículos que pueden sustituir su motor de combustión por uno más eficiente.
Un Mustang eléctrico con corazón Tesla es un excelente ejemplo de cómo la segunda vida de las baterías puede ser tanto práctica como también entrar en el aspecto emocional. Un coche con alma del pasado y tecnología del presente. ¿Sacrilegio, o una segunda vida para leyendas del motor?
Fuente | Tutrifour