
El nuevo Skoda Enyaq mejora la propuesta anterior, pero se queda cojo en un aspecto clave
Aunque Skoda ha mejorado el diseño y la tecnología del Enyaq, su sistema de carga rápida sigue anclado en el pasado. Frente a la competencia, pierde competitividad en viajes largos. La plataforma MEB muestra signos de envejecimiento

Skoda ha actualizado su modelo más representativo dentro del segmento eléctrico con una imagen renovada, mejoras en el interior y nuevos asistentes a la conducción. Sin embargo, bajo la superficie, los cambios son menos profundos de lo que aparentan. En particular, el sistema de carga rápida del Enyaq vuelve a quedar rezagado frente a sus principales competidores, un aspecto que empieza a ser decisivo para quienes realizan desplazamientos largos con frecuencia.
La versión analizada, equipada con el conocido motor APP550 y un paquete de baterías de 77 kWh útiles, ofrece una potencia de 210 kW exclusivamente al eje trasero. También se ha actualizado el software encargado de la preacondicionamiento de la batería, algo clave para optimizar la carga en ruta. No obstante, estos avances no se traducen en mejoras en la potencia máxima de carga, que sigue anclada en los 135 kW. En condiciones reales, el Enyaq alcanza esta cifra solo de forma puntual, antes de descender de manera notable a medida que se incrementa el nivel de carga.
Este comportamiento obliga a realizar pausas más largas durante los viajes, un hándicap que se acentúa cuando se compara con rivales que ya han dado el salto a tecnologías de 800 voltios, como el Hyundai Ioniq 5 o el Tesla Model Y, capaces de sostener potencias de entre 200 y 250 kW en situaciones ideales, por no hablar de la nueva generación que llega con sistemas de 400 kW o más.
Una plataforma que empieza a mostrar su edad

La ausencia de mejoras en la potencia de carga no es un simple descuido técnico. Dentro del Grupo Volkswagen, otros modelos basados en la misma arquitectura MEB —como el ID.7 o el Audi Q4 e-tron— ya han adoptado sistemas capaces de alcanzar los 200 kW. En cambio, Skoda ha optado por mantener el sistema actual, algo que podría responder a una estrategia deliberada para mantener una diferenciación interna dentro del consorcio.
La decisión de priorizar la estabilidad en la curva de carga y un preacondicionamiento efectivo es coherente desde el punto de vista del uso diario. A pesar de ello, en un mercado que avanza rápidamente hacia tecnologías más eficientes y flexibles, la propuesta del Enyaq se percibe cada vez más como conservadora. A medio plazo, este enfoque podría convertirse en una debilidad frente a nuevos modelos que no solo ofrecen mayor autonomía, sino que también permiten recargas más rápidas.
El Enyaq mantiene una propuesta sólida en cuanto a espacio interior, calidad de rodadura y refinamiento general, aspectos que siguen posicionándolo como una opción atractiva en el día a día. Sin embargo, su facelift no resuelve uno de los aspectos clave donde más se está jugando la competitividad en los coches eléctricos actuales: la rapidez en la recarga.