
Volkswagen cae en números rojos por culpa de Porsche
El Grupo Volkswagen sufre pérdidas multimillonarias por la situación crítica de Porsche. Sin embargo, la marca principal, Volkswagen, empieza a recuperarse gracias al empuje de los coches eléctricos.

El grupo Volkswagen ha cerrado el tercer trimestre del año con unas pérdidas que no se veían desde hace mucho. El principal responsable ha sido Porsche, que arrastra al conjunto del consorcio a unas pérdidas de 1.072 millones de euros, frente a los 1.560 millones de euros de beneficio que se anotó hace justo un año.
En los primeros nueve meses de 2025, el beneficio total del grupo se ha hundido un 60%, pasando de 8.800 millones a solo 3.400 millones de euros. Los motivos están claros: el impacto de los nuevos aranceles internacionales, la reestructuración interna de Porsche y una fuerte depreciación de activos. En total, se han contabilizado 7.500 millones de euros en cargas extraordinarias, de los cuales 4.700 millones provienen directamente de la marca de deportivos.
Esta situación se ha agravado por el reciente giro estratégico de Porsche, que ha optado por prolongar la vida de sus motores de combustión, una decisión que ha generado costes de varios miles de millones. Solo en el tercer trimestre, Porsche ha registrado casi 1.000 millones de euros en pérdidas. En el acumulado anual, su beneficio neto se ha desplomado en un 96%, afectando de lleno a la matriz.

A pesar de todo, el director financiero del grupo, Arno Antlitz, ha defendido que la compañía está progresando en su proceso de reestructuración. Asegura que, descontando los efectos extraordinarios, la rentabilidad operativa del grupo habría sido del 5,4%, una cifra que considera razonable teniendo en cuenta el contexto económico actual.
Volkswagen resiste gracias a su marca principal y al empuje de los eléctricos

Mientras Porsche lastra el resultado global, la marca principal Volkswagen ha comenzado a mostrar signos de recuperación. Gracias a un agresivo plan de ahorro que incluye la eliminación de más de 35.000 empleos en Alemania hasta 2030, los costes generales han comenzado a bajar, algo que no ocurría desde hace años.
La rentabilidad operativa de la marca Volkswagen ha subido ligeramente hasta el 2,3%, mientras que su beneficio operativo ha crecido de 1.280 a 1.480 millones de euros, todo ello con un volumen de negocio estable cercano a los 64.000 millones de euros. Se trata de un cambio de rumbo relevante para una marca que había sido señalada como uno de los puntos débiles del grupo.
También destaca el comportamiento de Skoda, que ha logrado una rentabilidad del 8,0% y un beneficio operativo de 1.800 millones de euros. Aunque su volumen de ingresos (22.300 millones de euros) representa poco más de un tercio del que consigue Volkswagen, su eficiencia operativa supera con creces a la marca alemana.

En cuanto a los datos globales de ventas, el grupo ha logrado entregar 6,6 millones de vehículos en los nueve primeros meses del año, un 1,2% más que en el mismo periodo del año anterior. Solo en el tercer trimestre se entregaron 2,2 millones, un incremento del 1%.
El crecimiento se debe en buena parte al aumento de las matriculaciones de coches eléctricos, que han subido un 33% y ya representan más del 10% del total de entregas. Las marcas que mejor han funcionado han sido Skoda y Seat, especialmente en el mercado europeo. En cambio, las cifras han caído en China y Norteamérica.
A pesar del avance de los eléctricos, desde Volkswagen advierten que el margen de beneficio sigue siendo mucho más bajo que con los motores térmicos, lo que presiona a la baja la rentabilidad global. El proceso de electrificación, aunque necesario, sigue siendo caro para el grupo.

A ello se suma el impacto de los nuevos aranceles impuestos en Estados Unidos, que este año podrían suponer un coste de hasta 5.000 millones de euros. Esta cifra engloba tanto el pago directo de tasas como la reducción de ventas provocada por el encarecimiento de los vehículos. Según Antlitz, mientras otras cargas extraordinarias podrían ser puntuales, los efectos de estos aranceles se mantendrán a largo plazo.
En resumen, Volkswagen se encuentra en un momento de contrastes: aunque las cifras globales reflejan una caída fuerte por la situación de Porsche, hay señales claras de que la reestructuración empieza a surtir efecto en la marca principal y que la apuesta por el coche eléctrico comienza a dar resultados, aunque aún no suficientes para compensar las pérdidas en otros frentes.


