Alemania rechaza las ayudas a los coches eléctricos

Alemania es uno de los pocos países de la Unión Europea que no aplica incentivos a la compra de vehículos eléctricos, una política que la propia Angela Merkel ha asegurado que mantendrán en los próximos años el incluso el propio el ministro federal de Transportes, el socialcristiano bávaro Peter Ramsauer, ha comentado que mientras el esté en el puesto, los coches eléctricos no recibirán ayudas públicas.

Según el titular alemán de Economía, el liberal Philipp Rösler, «El mercado y la competencia son los mejores motores para la innovación. No contemplamos por ello primas para la compra o subvenciones para los vehículos de carga» unas declaraciones a los medios alemanes que cierra de momento la posibilidad de que los alemanes puedan beneficiarse de incentivos públicos a la hora de adquirir un vehículo eléctrico, y que está teniendo como resultado que Alemania esté en el vagón de cola en cuanto a ventas, a pesar de tratarse de uno de los mercados más grandes y potentes de toda la Unión y una sociedad profundamente concienciada con el medio ambiente.

¿Que puede estar detrás de esta situación? es difícil encontrar la respuesta y a pesar de que compartimos de que la competencia es el mejor medio para lograr rebajar los precios, también es cierto que países con políticas tan diferentes como pueden ser Francia, España, Suecia o los Estados Unidos, si han aplicado fuertes incentivos tanto a la adquisición como al despliegue de redes de puntos de recarga, como a la instalación de fábricas de coches eléctricos en sus territorios, algo que Alemania parece estar despreciando y a pesar de que con un simple gesto podrían posicionarse de nuevo a la cabeza del pelotón, cada día que pasa los fabricantes alemanes ven ampliarse más y más distancia tanto con sus competidores americanos y japoneses, como con los propios europeos.

Nosotros apostamos por que la razón de la negativa del gobierno alemán a aplicar ayudas es precisamente por que gran parte de estas irían a parar a manos de fabricantes extranjeros, ya que los constructores alemanes exceptuando a Daimler con su Smart, todavía no disponen de vehículos en el mercado, por lo que tal vez el próximo año con la llegada de los modelos de Volkswagen, Audi y BMW, con sus habituales precios premium, tal vez entonces la Sra Merkel cambie de parecer en cuanto a las ayudas y estas ya no le parezcan una solución tan mala.

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Fuente | Expansión