Esta semana hemos conocido algunos datos del BMW i3, el primer modelo eléctrico que saldrá de las instalaciones del fabricante alemán. Uno de los principales detalles ha sido el precio, que se estima estará en la órbita de un Serie 3 medianamente equipado, por lo que podemos esperar que no baje de los 40.000 euros.
Pero ha sido el tema del formato de recarga el que más nos ha llamado la atención ya que al igual que el resto de fabricantes alemanes, BMW instalará un cargador CCS, más conocido como Combo, que le permitirá con la misma toma realizar cuatro tipos de recargas, desde las lentas a 3.3 kW, hasta recargas de 80 kW, pero la pregunta es ¿donde está la infraestructura?.
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| Un sistema casi perfecto pero ¿donde está la infraestructura? |
Y es que a falta de menos de nueve meses para la llegada del i3 y del resto de modelos alemanes, como el Up o el Golf eléctrico, de momento no tenemos conocimiento que el despliegue de los puntos de recarga dotados de este formato haya comenzado por lo que podemos imaginar la situación, tenemos el coche, pero nos falta la infraestructura de recarga rápida, un aspecto que tiene más un componente psicológico y que a pesar de que no echaremos manos en el día a día, de vez en cuando nos sacará de algún apuro.
Es de suponer que según se acerque la fecha de comercialización BMW y el resto de fabricantes que han apostado por este formato, den un paso adelante para su despliegue, pero incluso con una fuerte inversión estas infraestructuras tardarán un tiempo en extenderse por todos los mercados, un tiempo donde fabricantes como Nissan aprovecharán para dar más repercusión a su formato CHAdeMo que hoy en día tiene una presencia mucho más real.
Y es que no será fácil justificar unos precios por los coches de 40.000 euros, cuando la competencia tiene modelos más baratos y que cuentan además con una infraestructura que en algunos países es muy extensa, mientras que el Combo tiene todavía que comenzar su despliegue, por lo que tal vez los fabricantes europeos deberían tomar otra dirección.
Este camino podría ser comenzar apostando fuerte por las recargas semi-rápidas, un aspecto donde el sistema Combo cuenta con unas posibilidades mayores al poder alcanzar los 20 kW y hasta 80 amperios que nos permitirán recargas puntuales y que por ejemplo, logrará recuperar el 80% de los 22 kWh del BMW en apenas 1.5 horas, unas instalaciones mucho más económicas y menos agresivas con la red eléctrica y que tendrán mucho más fácil su expansión por el mercado que los costosos puntos de 50 kW.
De esa forma el cliente tendrá a su disposición un sistema que le permitirá recuperar la batería mientras hace unas gestiones, y al mismo tiempo las empresas instaladoras pueden afrontar un menor gasto de instalación y mantenimiento de lo que supone un conjunto de carga rápida.
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| CHAdeMO ya cuenta con una fuerte implantación en Europa, más de 2.000 puntos instalados |
Pero volvemos al principio y a pesar de que la teoría ya la sabemos, lo más importante para el propietario de un coche eléctrico es la realidad, y de esa forma si vamos al concesionario de BMW y encargamos un i3, apenas tendremos acceso a las recargas rápidas, a pesar de pagar más de 40.000 euros por nuestro coche, mientras que si optamos por modelos más económicos como el Leaf, la infraestructura disponible será mucho mayor, y eso estamos seguros que pesará a la hora de la compra tanto o más que el propio precio.
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Fuente | Tecmovia
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