A pirncipios de este año ha comenzado a llegar al mercado el tercer modelo eléctrico de General Motors, el segundo con distribución fuera de los estados de compromiso. Se trata del Cadillac ELR, un eléctrico con extensor de autonomía que se ha topado con el primer problema en su camino.
La cuestión es que normalmente los coches eléctricos no son muy bien recibidos en los concesionarios, algo que hemos visto hace unos días. Una dinámica a la que el flamante ELR no es inmune, encontrándose una respuesta negativa bastante importante. Según cifras de la propia marca norteamericana, el 56% de las concesiones estadounidenses han rechazado comercializar y atender el servicio técnico de este modelo, algo que tiene mucho que ver con el coste que estos puntos deben afrontar para estar preparados.
Según se estima, cada punto de venta debería afrontar un gasto mínimo de 15.000 dólares para poder atender el servicio post venta del ELR. A esto debemos sumar el espacio que deberían sacrificar para dar alojar a un modelo del que apenas se esperan unas pocas miles de ventas en su vida útil. El resultado es que sólo 46 concesiones se han dado de alta como vendedores de este modelo.
La mayor parte de ellas ya cuentan con la marca Chevrolet, y disponen de personal cualificado para el mantenimiento y reparaciones de un sistema de propulsión que es casi el mimo que el del Volt. Unos concesionarios situados principalmente en mercados claves para los eléctricos, como California o Nueva York.
Pero la conclusión es que General Motors no está logrando atraer a los clientes hacía sus coches eléctricos, algo que puede tener mucho que ver con que los consumidores no tienen la facilidad para ver un coche como puede tenerlo Nissan, Ford o Toyota.
Un detalle que parece será la puntilla a unas ventas que han estado a la baja desde hace casi dos años, y ponen en peligro muchos miles de millones de inversiones que ahora no encuentran salida comercial.
Vía | Autobloggreen