Como todos sabemos, cuando uno se compra un coche y lo paga, no se terminan los gastos ni mucho menos. A partir de ese momento nos acompañan una serie de costes más o menos periódicos que hacen que sea más o menos «rentable» la elección.
Un estudio realizado por la plataforma alemana Planung der Automobil-Herstellerha analizado el coste total de la compra de uno de los modelos más populares del mercado, el Volkswagen Golf. Lo ha hecho además comparando tres posibilidades, la versión diésel, la eléctrica, y han añadido una eléctrica de segunda generación, dotado de más autonomía y un precio más económico.
Para esta última versión, estimada para 2018, el estudio espera que Volkswagen monte una batería de 32 kWh, suficientes ara alcanzar una autonomía real de hasta 250 kilómetros con cada carga. Una cifra bastante realista.
El precio sin duda es uno de los puntos más importantes a la hora de calcular la rentabilidad de cada opción. Para la versión diésel se ha otorgado un precio de 28.630 euros, para la eléctrica de 36.165 euros, mientras que para la eléctrica de segunda generación se estima que su coste bajará hasta una cifra cercana a los 31.286 euros, lo que para los amantes de las estadísticas, sería una reducción del 13.5% respecto al eléctrico actual.
Para el estudio se ha puesto un periodo de propiedad de 48 meses y 15.000 kilómetros anuales, durante los que se ha tenido en cuenta aspectos como el coste del combustible y la recarga, los costes de mantenimiento, el equipamiento (la versión diésel está menos equipada por lo que le han añadido algunos elementos para igualar el tema).
También se ha tenido en cuenta la depreciación. Un dato bastante interesante donde se deja ver que la versión diésel tendrá un valor residual menor que las versiones eléctrica, perdiendo en este periodo de tiempo un 45.4% frente al 42.7% del e-Golf.
Uno de los datos más interesantes es el coste de repostar/recargar cada modelo. Este estudio proporciona un coste de 99 euros/mes para el modelo diésel, mientras que la versión eléctrica llega a los 44 euros.
Pero el objetivo del estudio era saber que versión sería la más rentable para el propietario. Después de analizar todos estos parámetros, el estudio ha llegado a la conclusión que después de cuatro años y 60.000 kilómetros, el modelo diésel tendrá un coste mensual para su propietario de 561 euros. La versión eléctrica actual sube hasta los 603 euros, mientras que la de segunda generación se coloca en primera posición con 545 euros.
Por lo tanto, incluso en Alemania, donde los coches eléctricos no tienen ayudas públicas, dentro de tres años será más barato un coche eléctrico que un diésel. Una señal de que la segunda generación de baterías traerá consigo un impacto tanto a nivel publicitario, tecnológico, pero también a nivel de rentabilidad.
Fuente | Electrive (alemán)