La división australiana de Mercedes ha reaccionado con críticas al anuncio por parte del gobierno de poner en marcha un programa de incentivos para el desarrollo de la tecnología y la infraestructura de repostaje de la pila de combustible de hidrógeno.
Para el encargado de las relaciones públicas de Mercedes este movimiento llega tarde, ya que hace seis años se ha presentado el primer prototipo, el Clase B F-Cell, del que incluso se llegaron a producir unas pocas unidades destinadas a mostrar las bondades de su tecnología. Pero a pesar de esto, el gobierno no ofreció incentivos para dar nuevos pasos.
Según el Sr David McCarthy;
«Creo que el Ministro ha tenido una conversión en el camino hacia el hidrógeno. Cuando presentamos nuestra tecnología, hemos tenido cero interés por parte de los Laboristas, cero interés por parte de los Liberales, y cero interés de los Verdes. Cada año se recaudan 480 millones de dólares en impuestos a los coches de lujo, ¿por qué no se invierte una parte de eso en infraestructura de repostaje para el hidrógeno?»
La cuestión es que Australia cuenta con una única hidrogenera. Se trata de una de las grandes barreras para que esta tecnología llegue al mercado, y ante lo que los gobiernos de momento han estado a un lado esperando tal vez una explosión comercial.
Algo que según Mercedes, no sucederá si no hay una mayor implicación pública de cara a crear una mínima red de repostaje, que permita servir como punto de partida para una implantación gradual.
Pero con los coches eléctricos empujando muy fuerte, y con la segunda generación de baterías a las puertas de la ciudad, puede que el representante de Mercedes tenga razón y las ayudas lleguen demasiado tarde.
Vía | einnews