Los retos del Chevrolet Bolt de cara a la llegada del Tesla Model 3

Los retos del Chevrolet Bolt de cara a la llegada del Tesla Model 3

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Publicado: 11/04/2016 09:56

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El pasado mes de enero General Motors desvelaba el Chevrolet Bolt. El primer coche que podríamos llamar de segunda generación. Un modelo hasta cierto punto económicamente accesible, y con una autonomía que doblará la lograda por los actuales utilitarios de su segmento.

En aquel momento el ánimo en GM era alto. Lograrían adelantarse a sus rivales con un producto a primera vista competitivo, más de 320 kilómetros de autonomía, más de 200 CV de potencia, amplio espacio interior y un precio de 37.500 dólares antes de ayudas. Sobre todo llegaría al menos un año antes que las primeras unidades de su competencia más directa.

Pero el pasado 31 de marzo algo ha salido al paso del plan de General Motors, y ese ha sido el Tesla Model 3. La presentación del modelo más económico de Tesla ha sido un duro golpe para el gigante americano. Posiblemente no se esperaban una propuesta tan ambiciosa y una acogida que en apenas una semana ha sumado 325.000 reservas.

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Aunque faltan muchos detalles por desvelar, lo mostrado hasta ahora del Model 3 han sido suficiente para borrar la sonrisa de la cara de los directivos de GM. Un coche mucho más atractivo, mucho más equipado con sistemas como el de conducción autopilotada, una red de supercargadores que crece de forma imparable, y que para rematarla es más barato.

Podríamos pensar que General Motors al ser un fabricante establecido lo tiene más fácil para lograr una mejor economía de escala. El problema es que el elemento más costoso del vehículo, la batería, procede de una empresa externa, LG. Los coreanos han sido los seleccionados para la fabricación de los packs que llevará el Bolt. Por su parte Tesla ha apostado por una fabricación propia de todo el conjunto. Algo que le podría llevar a dilatar los plazos de entrega, pero que le dará una ventaja competitiva.

Esto quiere decir que General Motors necesita reaccionar si quiere que las ventas del Bolt no sean flor de un solo día. Lo primero que tendrá que hacer es bajar el precio hasta los 35.000 dólares antes de ayudas del Model 3. Lo segundo posiblemente será mejorar el equipamiento, y lo tercero es ponerse de acuerdo con el resto de fabricantes para poner en marcha una red de recarga rápida pública. Tres condiciones mínimas para que el Bolt no fracase.

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Y es que no olvidemos que gracias a la Gigafábrica de baterías, Tesla no hará más que ganar en eficacia según pasen los meses. Los precios del kWh bajarán de forma muy importante entre el arranque de la producción, en 2017, hasta que su fábrica de baterías logre una velocidad productiva de crucero, en 2020. Entonces Tesla tendrá margen para incluso bajar el precio, y hacer más grande todavía la diferencia.

La cuestión es que la gente está dispuesta a cambiar de fabricante si la propuesta no dista mucho una de la otra. Pero en cambio si es tan evidente como lo que se avecina entre el Bolt y el Model 3, muy posiblemente los clientes estarán dispuestos a esperar los dos o tres años que serán necesarios hasta recibir su Model 3 antes que optar por el Bolt.

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