Por qué el anuncio de Volvo de abandonar los motores de combustión tiene mucho de publicidad

La semana pasada la noticia de la producción del primer Tesla Model 3 quedó convenientemente eclipsada en la prensa general con dos noticias de alcance, ambas con un fuerte componente publicitario, pero pocas aplicaciones reales a corto plazo.

Una era el anuncio de Francia de prohibir la venta de coches con motor de combustión a partir de 2040. Una proclama de un nuevo Ministro que llegaba con ganas de hacer ruido y poner el foco sobre su persona. Algo que sin duda ha logrado.

La otra noticia de alcance ha sido la de que Volvo abandonaría la producción de coches con un sistema exclusivamente de combustión a partir de 2019. Algo que está mucho más cerca en el tiempo, pero que en realidad no supondrá una revolución dentro del fabricante sueco.

El comentario general es que «Volvo abandona los motores de combustión para fabricar coches eléctricos«. Pero por desgracia, la realidad será algo más decepcionante que eso.

La realidad es que el movimiento de Volvo supondrá que en lugar de versiones diésel, gasolina, híbridas, híbridas enchufables y eléctricas, desaparecerán las dos primeras. Pero no quiere decir que las dos últimas vayan a coger el testigo. No.

La mayor parte del volumen de ventas corresponderán a un sistema que se está extendiendo cada vez más, sobre todo entre los fabricantes ligados a los motores diésel. Hablamos de los sistemas de micro-hibridación. Pero ¿qué es un micro-híbrido?.

La explicación más básica es que se trata de un modelo convencional, diésel o gasolina, al que han sustituido su batería de 12 voltios por una de 48 voltios. Esto permite a esta batería ofrecer beneficios como el de los sistemas Start&Stop, que detienen los motores en las paradas. También aprovechan la energía de las frenadas. Algo que permite mejorar las cifras de emisiones de los vehículos, sobre todo en las pruebas de homologación.

Pero un micro-híbrido al contrario que un híbrido normal, no puede mover en ningún momento el coche en modo eléctrico. Ni tan siquiera los entre 1 y 2 kms a un máximo de 50 km/h de modelos como el Toyota Prius.

¿Por qué estos sistemas?. La respuesta está en las nuevas normativas de emisiones. Tanto Europa como China pondrán en marcha medidas cada vez más exigentes, sobre todo con los sistemas diésel. Algo que obligará a los fabricantes a optar por alternativas que sin un coste demasiado elevado, pero más que un sistema convencional, que permitan lograr sortear con un aprobado por los pelos esas normativas.

Para algunos analistas, este anuncio tiene mucho significado simbólico, ya que es la primera vez que un gran fabricante anuncia el final de la producción de modelos no-híbridos. Algo que para Volvo es más fácil ya que sus principales mercados son Europa, China y también en menor medida Estados Unidos. Esto quiere decir que tendrán mayor flexibilidad para dar este pequeño paso.

En cambio otros fabricantes, como por ejemplo Toyota, líderes mundiales en híbridos con un 80% de cuota, no lo pueden hacer ya que parte de sus ventas dependen de mercados como África o América latina. Lugares donde el sobre coste de los sistemas micro-híbridos no encajarán, y donde las normativas de emisiones son más permisivas.

Por lo tanto si, a partir de 2019 los modelos de Volvo serán un poquito más sostenibles, pero el anuncio parece para algunos analistas, responder más a una búsqueda de publicidad que podría esconder una posible ampliación de capital del fabricante sueco de cara a su expansión futura.

De momento en lo que respecta a los sistemas eléctricos puros, Volvo mantiene su apuesta con un único modelo que llegará entre 2019 y 2020, además de la transformación de Polestar en una marca independiente, que al igual que el anuncio anterior, también fabricará sólo coches «electrificados». Algo que nos indica que muy posiblemente serán también híbridos, híbridos enchufables y eléctricos, no sólo eléctricos.

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