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¿Cómo será el Tesla Model S de segunda generación?

El Tesla Model S lleva en el mercado desde el año 2012. La berlina ejecutiva (segmento E) de la marca californiana es actualmente el modelo más envejecido de la gama del fabricante, a pesar de haber recibido un restyling en el año 2016 que lo actualizó a nivel estético. Así, es de esperar que su sustituto llegue más pronto que tarde, pues a pesar de la importancia del Model 3, el Model S es clave tanto por volumen como sobretodo por la enorme rentabilidad del 25% por unidad que tiene el modelo.

Todavía no está claro cuándo llegará el nuevo Model S al mercado. El camión Tesla Semi debería comenzar a venderse en el año 2019, mientras que los nuevos Roadster y Model Y desembarcarán en 2020. Por lo tanto, 2021 parece una buena fecha para el comienzo de la producción del Tesla Model S de segunda generación, siendo su presentación en 2020.

Esto tendría como consecuencia que el modelo actual tendrá una vida comercial excepcionalmente larga de nueve años, bastante superior a la media del mercado. Sin embargo, las actualizaciones OTA y su gran equipamiento tecnológico deberían servir al Model S para seguir siendo competitivo hasta la llegada de su sustituto: sin ir más lejos, el Autopilot 2.0/2.5 podrá irse actualizando para alcanzar los niveles 3 e incluso 4 de autonomía.

El Model S de segunda generación debería suponer un gran salto cualitativo respecto al actual modelo. A nivel estético es de esperar que tome los rasgos ya vistos en los Model 3 y Roadster, más afilados y con la desaparición total de la parrilla frontal, de la que aún quedan vestigios en el actual modelo. Con el objetivo de mejorar el espacio disponible para los pasajeros, uno de los puntos flacos del actual Model S, el modelo podría perder su característico portón posterior, convirtiéndose en un estricto sedán como el Model 3, lo que permitirá despejar el espacio para la cabeza de los pasajeros de montantes.

Por dentro, es muy probable que no siga con el minimalismo del Model 3 al ser un modelo más lujoso, si bien detalles como la pantalla flotante podrían conservarse en un formato mayor. La ergonomía del Model S también debería mejorar mucho, aumentando los huecos portaobjetos, añadiendo ganchos para ropa, bolsas en las puertas… detalles prácticos que están mejor estudiados en el Model 3 que en el Model S. La calidad interior, uno de los puntos débiles de la actual generación, también debería ganar enteros, pues la producción del Model S no se verá tan presionada por cubrir la enorme demanda como en el caso de su hermano económico.

No debería descartarse que para poner tierra de por medio con el Model 3, el Model S crezca de tamaño y se convierta en una berlina de representación (segmento F), lo que además de justificar su elevado precio, serviría para mejorar la imagen de un modelo que siempre se ha encontrado en un limbo entre los segmentos E y F.

En cuanto a sus motorizaciones, deberíamos ver aplicadas en el Model S todas las mejoras vistas en el Roadster. Así, unas baterías base de 100 kWh (unos 550 km de autonomía bajo el realista ciclo EPA) podrían ser un buen inicio de gama frente a los actuales 75 kWh, dejando como opción intermedia unas de 150 kWh (775 km EPA) y como tope de gama las de 200 kWh (1.000 km EPA) ya vistas en el Roadster.

De acuerdo con Tesla, la próxima generación de Supercargadores será capaz de llegar a los 250 kW de potencia de carga, por lo que el Model S podría recuperar unos 150 km de autonomía en sólo 10 minutos.

En un principio, todas las versiones deberían ser Dual Motor (tracción total), pues el actual Model S ya ha eliminado la tracción trasera de su gama. La versión deportiva Performance por su parte podría incluso ir un paso más allá e incorporar tres motores eléctricos en lugar de dos, siguiendo la arquitectura vista en el Roadster. Esto permitiría a un hipotético Model S P200D convertirse en la berlina más deportiva del mercado, acercándose a un 0 a 100 km/h en apenas 2 segundos.

Es de esperar otros tipos de mejoras: unos faros con mejor iluminación que los actuales (¿quizás full LED matriciales o incluso láser, como los del Audi A8 o el BMW Serie 7?), un chasis mejor puesto a punto (el actual Model S es un modelo muy poco dinámico, algo que el Model 3 ya ha solucionado con un chasis muy bien puesto a punto), puertas con apertura automática como en el Model X… A nivel tecnológico, por fechas debería salir de fábrica ya con el Autopilot evolucionado hasta el nivel 3 o incluso 4 de autonomía.

Características como una estructura en aluminio para contener el peso (que debería ser inferior al de la actual generación) o la suspensión neumática opcional deberían mantenerse.

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