La firma alemana Opel, ahora en manos del grupo PSA, comienza un nuevo curso empresarial después de haber presentado el plan estratégico PACE!, que encaminará a la marca antes propiedad de General Motors a la electrificación y a la expasión de la compañía por el mundo.
La empresa se declara a sí misma com «sostenible», ya que según el CEO de Opel, Michael Lohscheller, «esto es algo de lo que todos los empleados pueden estar orgullosos. Hemos logrado reorganizarnos en los últimos doce meses y hemos cambiado nuestra mentalidad«. Estas afirmaciones se basan en los resultados de los primeros seis meses de 2018, donde Opel consigue una ganancia de 502 millones de euros.
Uno de los grandes logros de Opel para llegar a estos buenos resultados ha sido la reducción de costes en todos los ámbitos de la compañía. La marca consiguió reducir sus costes fijos en un 28% en la primera mitad del año y la firma de acuerdos amplios con interlocutores sociales en varios aspectos permitió la mejora de la relación entre los costes laborales y los ingresos. Además, los altos cargos directivos se redujeron significativamente en el transcurso de un trimestre.
Esto ha permitido la paralización del cierre de plantas, en las cuales se están realizando inversiones y a las que se les ha asignado nuevos productos. Por otro lado, Opel pretende mantener una estrategia con Segula Technologies para salvar los empleos de trabajadores cualificados de Rüsselsheim y Dudenhofen, que ascienden a 2.000 puestros de trabajo. También el Centro de Ingeniería de Rüsselsheim ha fortalecido su posición en el núcleo de la red de I+D del grupo PSA, donde entre otras cosas se investiga sobre el desarrollo de celdas de combustible para los vehículos eléctricos de la compañía.
Una de las claves para la extensa electrificación de la gama de Opel se basa en el acceso a las plataformas y tecnologías de propulsión eléctrica del grupo PSA. Los planes de la marca pasan por electrificar al menos cuatro de sus vehículos de cara al año 2020. Entre los modelos está el nuevo Corsa, que montará una variante 100% eléctrica, y el Grandland X, que tendrá una versión híbrida enchufable, el primero de la marca alemana.
El objetivo es llegar al año 2024 con una versión eléctrica de todos los modelos de la compañía. Además, la infraestructura de recarga es un aliciente clave para la proliferación de este tipo de vehículos. Es por ello que Opel contribuirá a la impantación de un proyecto de puestos de carga en la sede de la empresa en colaboración con otros socios, entre los cuales se puede encontrar la propia ciudad de Rüsselsheim.
Las líneas maestras de la nueva etapa de Opel se pueden atisbar en el concept GT X Experimental, que definirá la filosofía de diseño del futuro de la marca. Opel profundizará en los valores alemanes, y Vauxhall en destacar como marca inglesa, y ambas pretenden seguir diferenciándose de las marcas francesas Peugeot y Citroën-DS.
Vía | Automotive World
