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Black Swan: un barco eléctrico con baterías reutilizadas de coches Renault

La compañía francesa Seine Alliance acaba de presentar el Black Swan, un barco eléctrico desarrollado para navegar por el río Sena que equipa baterías usadas previamente por coches eléctricos de la marca Renault. Este modelo tendrá capacidad para entre dos y ocho pasajeros, y podrá realizar cruceros familiares de unas dos horas de duración.

El Black Swan emplea dos motores eléctricos independientes, una redundancia que permite navegar de forma más segura. Las baterías de iones de litio de la embarcación tienen una segunda vida tras haber sido reacondicionadas: alojadas bajo las banquetas laterales en cuatro compartimentos de acero inoxidable, son completamente estancas, algo vital para su nuevo uso. El pack pesa en total 278 kg (menos que el depósito de gasolina que montaba originalmente el barco).

La potencia de los motores es de 13 cv (10 kW), con picos de 27 cv (20 kW). El barco alcanza la velocidad máxima permitida en el río Sena, por lo que navegará al mismo ritmo que el resto de embarcaciones. El modelo es un primer paso de una más que posible electrificación masiva del resto de barcos que realizan cruceros recreativos en el río parisino.

El casco del barco mantiene su diseño original de Tullio Abbate, con una elegante línea italiana que no se ve lo más mínimamente afectada por su nueva configuración eléctrica. Está previsto que las primeras pruebas de prensa de este barco tengan lugar en el primer trimestre de 2020. Cuando las autoridades pertinentes den el visto bueno, entrará de nuevo en servicio.

El objetivo de Seine Alliance es ir modificando poco a poco sus barcos para conseguir una flota 100% eléctrica de cara al año 2024. Es de esperar que las embarcaciones sigan empleando baterías de origen Renault, algo que permitirá mantener su sostenibilidad, pues serán packs de coches eléctricos reutilizados. Probablemente en los próximos meses se den más detalles del vehículo, como su autonomía estimada, la capacidad de sus baterías o las prestaciones logradas tras la transformación.

El Black Swan es solo un ejemplo más de los numerosos usos que pueden tener unas baterías cuya primera vida útil ha finalizado: embarcaciones, almacenamiento energético doméstico, cargadores rápidos, almacenamiento estacionario (apoyo a centrales de energía renovable para estabilizar el suministro)… Una vez hayan agotado esta segunda vida, los packs podrán reciclarse para recuperar la inmensa mayoría de sus materias primas: un proceso sostenible y completamente circular.

Fuente | Renault

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