El Tesla Model 3 sigue sorprendiendo a los ingenieros y responsables de los principales fabricantes de automóviles a nivel mundial. Justo cuando quedan pocas semanas para que se inicien las primeras entregas del Tesla Model Y, saltan a la luz los resultados de un nuevo ejercicio de ingeniería inversa del ya veterano ‘coche del pueblo’ de la marca californiana que ha llevado a Tesla al estrellato de Wall Street, convirtiéndola a la joven compañía en el segundo fabricante mundial por capitalización bursátil.
Los fabricantes alemanes fueron los primeros en desmontar hasta el último tornillo el Model 3, un proceso que se hizo viral tras las revelaciones del proceso de ingeniería inversa realizado por Munro and Associates que, primeramente puso en evidencia ciertas decisiones constructivas por parte de pupilos de Elon Musk, pero que finalmente se rindió ante la excelencia tecnológica de la ingeniería electrónica que desplegaba el modelo más económico de la gama Tesla.
Tras sorprender a los exigentes ingenieros alemanes y los escépticos consultores norteamericanos, el Tesla Model 3 ha dejado impresionados al medio japonés Nikkei Business Publications, que junto a ingenieros de los principales fabricantes del país del sol naciente ha desmontado el vehículo eléctrico de referencia a nivel mundial, descubriendo la ventaja que una marca nacida como startup hace poco más de diez años posee sobre los dinosaurios centenarios que componen la industria tradicional.
El informe final resultante del proceso de ingeniería inversa arroja afirmaciones por parte de ingenieros atónitos que declaran cómo “esto no podemos hacerlo”, tras analizar el ordenador que gobierna todo el vehículo, incluidas la conducción autónoma, que desafía las leyes de diseño de cualquier otro coche en circulación.
Tesla saca 6 años al resto de la industria
Las soluciones técnicas y, especialmente, la electrónica son las partes que destacan sobre el resto y que marcan la diferencia con la concepción de diseño y desarrollo del resto de automóviles producidos por cualquier otro fabricante, eléctricos incluidos, aportando una corriente de aire fresco a la hora de concebir los diferentes sistemas que integran un coche incluyendo la relación y dependencia con las cadenas de proveedores.
Los autores del informe afirman que “la industria espera que tal tecnología se establezca en torno al año 2025 como mínimo” lo que otorga a Tesla una ventaja competitiva sin igual sobre el resto de la industria tradicional.
El informe Nikkei hace un especial hincapié a la hora de explicar esta ventaja tecnológica por parte de los californianos: “Los fabricantes de automóviles temen que sistemas como el de Tesla vuelvan obsoletas las cadenas de suministro de piezas que han cultivado durante décadas”.
Esta afirmación es una señal de alarma para toda la industria que ha basado su modelo de crecimiento y desarrollo al amparo de sus mimadas durante años cadenas en las que han descargado el desarrollo y la ingeniería que ahora no sirve para desarrollar nuevas plataformas de vehículos cargados de tecnología, conectados, autónomos y que se actualizan por Internet.
La apuesta por nadar a contracorriente de Tesla desde sus inicios está terminando de dar sus frutos. Una apuesta por el desarrollo propio de motores, baterías y hasta los asientos de sus vehículos cocha con la tendencia de la industria tradicional que a lo largo de las últimas décadas ha externalizado no solo la producción de los múltiples elementos que componen un automóvil, sino que aprovechando ese proceso ha cedido el desarrollo de esas piezas a terceros perdiendo, con ello, la capacidad de integrar, innovar y reaccionar los cambios y demandas de un mercado como el del auto que se encuentra en un proceso de transición sin precedentes.
Un artículo de Ivan Martin y Ladera
Fuente | Nikkei