Aunque la semana pasada ya os adelantamos la mayor parte de los detalles de la nueva batería Blade de BYD, tal como habían confirmado el fabricante chino ha desvelado el resto de datos de su prometedora tecnología que supondrá un salto adelante gigantesco para la tecnología de baterías de litio-ferrofosfato (LiFePO4). Un sistema hasta ahora algo marginado en cuanto a aplicaciones en coches eléctricos, pero que gracias al nuevo formato que permitirá desarrollar packs de mayor capacidad ocupando menos espacio, y además con un nivel de seguridad contra incendios y cortocircuitos muy elevado.
Y es que la seguridad es uno de los puntos que más ha destacado BYD en su presentación.
Según el fabricante «En términos de seguridad, y densidad de energética, la Blade Battery de BYD tiene ventajas obvias. Esta dispone de una configuración de celdas singulares que se disponen juntas en una matriz y luego se insertan en un pack. Debido a su estructura optimizada que permite mejorar la utilización del espacio de forma drástica respecto a los modelos actuales.
Estas nuevas celdas, que recordamos pueden contar con un tamaño por unidad de entre 60 centímetros y 2.5 metros, han sido sometidas a pruebas extremas para comprobar su resistencia. Por ejemplo, los test de perforación donde no emitió humo ni fuego y la temperatura de su superficie sólo alcanzo de 30 a 60°C. Bajo las mismas condiciones, una batería ternaria de litio, excedió los 500°C y se incendió violentamente, mientras que una batería convencional de litio hierro fosfato, si bien no emitió humo ni llamas a la vista, su superficie alcanzó temperaturas peligrosas de 200 a 400°C.
Además desde BYD se ha sometido a estas celdas a otras pruebas de resistencia extremas, como ser aplastadas, dobladas o calentadas en un horno a 300°C y sobrecargada en 260%. Ninguna de estas pruebas resultó en incendio o explosión.
A la seguridad de estas celdas, que le abren el camino a aplicaciones donde la seguridad es clave como la aviación, sin duda otro de los puntos más importantes son los que nos indican que las celdas podrán aumentarán de forma significativa su densidad energética y volumétrica. Esta última uno de los puntos más débiles de las actuales baterías LiFePO4, que las celdas de BYD logran mejorar un 30%.
También nos indican que los vehículos dotados de estas baterias podrán acceder a recargas ultra rápidas sin grandes problemas, y sin necesidad de potentes y costosos sistemas de refrigeración.
Mientras que la química sigue siendo la misma, la ventaja de este formato es la geometría. Mientras que en las baterías LFP convencionales las celdas solo pueden ocupar hasta el 40% del pack, siendo el restante para los módulos, con el nuevo formato se logra que las celdas puedan llegar al 60% del espacio. Algo que supone una mejora del 50%.
Unos packs que tendrán además un menor coste, que se ha estimado también en un 30% menos que las celdas LFP estándar que se logra en parte gracias precisamente a la eliminación de las carcasas.
El presidente de BYD ha destacado los enormes avances logrados por sus equipos de investigación, que además tendrá su repercusión ya a corto plazo ya que la producción de estas baterías ya están en fase de producción, y será este verano cuando sean instaladas en su primer modelo. El BYD Han.
Además desde el fabricante se ha confirmado las conversaciones con otras marcas para comenzar el suministro de este nuevo tipo de baterías que sin duda tendrá un fuerte impacto en la industria, y que incluso podría ayudar a una recuperación más rápida del mercado del coche eléctrico después de la crisis que estamos viviendo.
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