Los Ibiza y Arona, dos de los modelos más exitosos de la marca española SEAT, abandonarán este mismo año los motores diésel. Este hito tendrá lugar el próximo mes de noviembre, momento en el que finalizará la producción del motor 1.6 TDI que hasta ahora animaba a sendos modelos del segmento B. Dicho propulsor no será sustituido por ningún motor diésel de nueva generación.
Como alternativa SEAT seguirá ofreciendo el 1.0 TGI de GNC (gas natural comprimido). Aunque prestacionalmente los 95 cv y 250 Nm del 1.6 TDI son superiores a los 90 cv y 160 Nm del 1.0 TGI, el propulsor de GNC lo compensa ofreciendo el distintivo ECO de la DGT, así como un coste operativo muy inferior.
Por otro lado, SEAT también está estudiando ampliar su oferta de motores de gasolina para compensar la pérdida de las mecánicas diésel. Así, la firma podría reintroducir el motor 1.5 TSI (150 cv) en el Ibiza en septiembre de 2020. Dicho propulsor se asociará exclusivamente a un cambio automático de doble embrague DSG de siete velocidades.
Esta noticia sirve para ilustrar la estrepitosa caída que está sufriendo el diésel en Europa desde hace unos años: aunque antes era la opción mecánica más demandada, desde el escándalo del Dieselgate su popularidad ha caído en picado, con una cuota de ventas cada vez menor. El impulso de configuraciones mecánicas alternativas (híbridos, GLP, GNC…) también está desplazando al diésel incluso en sectores como el del taxi, donde reinó durante décadas.
Las mecánicas diésel ya han desaparecido por completo en el segmento A (urbanos), pues modelos que antes contaban con este tipo de motores (FIAT 500, Renault Twingo, etc) a día de hoy han prescindido de ellos. El siguiente paso lógico es su paulatino abandono en el segmento B (utilitarios). Posiblemente en las categorías superiores todavía aguante unos años debido a que sigue permitiendo consumos razonables en berlinas y SUV de gran tamaño.
Fuente | Motor.es
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