La recarga de coches eléctricos será uno de los sectores que más evolución tendrán en los próximos años. De simples puntos de recarga a potentes herramientas con las que sacar el máximo partido a la producción eléctrica. También de cara a la facilidad de uso de los propietarios de este tipo de vehículos gracias a tecnologías como el reconocimiento del vehículo que eliminará la necesidad de tarjetas o aplicaciones.
Una de las mayores molestias para un conductor de un coche eléctrico es tener que llegar a una estación de carga, y pasar unos minutos o buscando la tarjeta que lo active, el lugar donde se hace, o abriendo la aplicación para lograr activar el punto. Una pequeña molestia que la tecnología ya está lista para superar y agilizar el proceso. Es el caso de Renault y su sistema «Plug and Charge» que permite comenzar la sesión de recarga simplemente conectando el coche a su toma correspondiente. El sistema de control se encarga de identificar el vehículo y de permitir el pago de forma automática mediante un protocolo encriptado sin necesidad de utilizar ningún tipo de tarjeta de crédito o de socio.
Este avance será posible gracias a la adopción de la nueva norma internacional ISO 15110, que regula los protocolos de sincronización entre los vehículos eléctricos y los puntos de recarga, además de permitir la implementación de la recarga bidireccional que el Grupo Renault ya está ensayando actualmente en Europa.
Recarga inteligente bidireccional
Una de las tecnologías más prometedoras en lo relacionado con la electromovilidad es la recarga inteligente bidireccional. Permite que el flujo de energía vaya de la red al coche para proceder a su recarga; y también en sentido contrario, del coche a la red, para el reabastecimiento de la misma. Su función es doble: por un lado promueve la producción eléctrica con energías renovables; y por el otro en el aspecto económico también tiene su impacto ya que consigue abaratar los costes al hacer que la energía esté fácilmente disponible.
Mediante la carga inteligente bidireccional, si un vehículo eléctrico está enchufado en una estación de carga pública o en el domicilio del usuario, la batería pasará a cargarse o descargarse en tiempo real para ayudar a equilibrar la oferta y la demanda de energía de la red eléctrica a la que se encuentra conectado.
El vehículo almacena la electricidad procedente de fuentes de energía renovables, principalmente a través de energía solar y eólica, cuando está disponible o cuando el consumo de electricidad es bajo. En caso contrario, si existe un pico de demanda, o las fuentes de energía renovables no logran cumplir con la demanda, el vehículo puede devolver energía a la red.
Una tecnología con un enorme futuro que ya está siendo probado en diferentes proyectos piloto, como el que está realizando Renault en Asmterdam y en Utrech.
Proyectos a los que se sumarán otras iniciativas por parte de Renault, que incluyen en esta fase de demostración y desarrollo las siguientes tecnologías:
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- Un sistema de recarga dinámica por inducción en zona urbana de París en Francia
- Sistemas de recarga de alta potencia en la periferia de Tallin en Estonia
- Un sistema de recarga dinámica por inducción en áreas periurbanas / de largo alcance en Versalles en Francia
- Un centro de recarga en un aparcamiento para vehículos de uso compartido en la periferia de Turín en Italia
- La recarga bidireccional de baja potencia (incluidas dos ruedas) y la recarga inductiva estática en los carriles de taxis ubicados en el aeropuerto y en la estación central de Zaragoza en España.
