La marca española Silence ha presentado hoy su modelo S02 LS («Low Speed»), un ciclomotor eléctrico derivado del popular scooter S02. Este vehículo ha sido desarrollado especialmente para el negocio de proximidad y los autónomos de la distribución (aunque también estará disponible para clientes particulares), pues gracias a su concepción cero emisiones no se verá afectado por las restricciones a la circulación en grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
En su nota de prensa Silence también hace referencia a la actual crisis sanitaria, haciendo notar que tras el periodo de desconfinamiento algunos ciudadanos abandonarán el transporte público para evitar al máximo el contacto con otras personas. De acuerdo con la marca barcelonesa, una de las soluciones para que este repunte del transporte privado no termine colapsando las ciudades o aumentando la contaminación será apostar por los vehículos eléctricos de dos ruedas, notablemente más pequeños que un coche y respetuosos con el medio ambiente.
En este contexto, la Silence S02 LS se convierte en una atractiva apuesta de bajo coste: frente a la S02 empleada en servicios de sharing, la variante LS se distingue por un motor «capado» (la velocidad punta queda limitada a 45 km/h) que permite conducirla con licencia de ciclomotor, así como por una autonomía ajustada a los recorridos de corta distancia. A cambio, el modelo se ofrecerá a un precio más atractivo que sus hermanas de gama (entre 3.000 y 3.500 euros).
El vehículo dispone de una batería de 2 kWh de capacidad, gracias a la cual alcanza una autonomía de 55 km, más que suficiente para la movilidad urbana diaria. Además, al igual que en el resto de modelos de Silence el pack es extraíble, estando integrado en la propia batería un transportín tipo «trolley» que permite desplazarla fácilmente. Por otro lado, para cargarla no hará falta ninguna instalación previa, pues se conecta a una toma doméstica.
La firma cita entre otras ventajas de su nuevo ciclomotor su economía de uso (unos 60 céntimos cada 100 km, lo que supone gastar 10 veces menos que con una moto de gasolina), así como su conectividad (gracias a la app de Silence se puede saber en todo momento la localización de la moto, los kilómetros recorridos, conectarla y desconectarla sin necesidad de llave, consultar el nivel de carga… Todo ello mediante un smartphone).
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