Esta semana hemos visto como las acciones de Tesla volvían a dispararse de nuevo a un máximo nunca visto en el fabricante norteamericano. Un impulso que le ha permitido por primera vez sobrepasar momentáneamente la barrera de los 1.000 dólares, lo que además ha supuesto el hito de convertirse en el fabricante de automóviles con mayor capitalización del mundo, superando a Toyota. Pero, cuáles son las razones de este meteórico en un momento donde el Down Jones Industrial cotiza a la baja.
Según los analistas de Barrons, las razones son los nuevos proyectos que asoman en el horizonte de una Tesla que cuenta con múltiples iniciativas, que le permitirán continuar aumentando su diferencia con los fabricantes tradicionales cuando hablamos de coches eléctricos.
Uno de los puntos más importantes es lo relacionado con las baterías revolucionarias que está desarrollando desde hace algunos años Tesla. Un nuevo sistema totalmente propio, que por un lado aumentarán su independencia en cuanto a este crucial componente que está siendo un verdadero problema para las marcas que más tarde se han incorporado al sector eléctrico.
Además de más independencia, este diseño propio permitirá a Tesla eliminar los costes de compra a terceras compañías, lo que aumentará su margen de beneficio, ya que por si elevado. Unas novedades que serán presentadas en el «Battery Day» que todavía no tiene fecha de realización, donde podremos además conocer si han logrado por fin pasar de la barrera de los 100 dólares el kWh, que se estima es la necesaria para igualar el precio de producción de un coche eléctrico con uno de combustión.
La tercera parte del apartado de las baterías es la cuestión de su elevada vida útil. Según Tesla, estas podrán contar con una duración de más de un millón de millas, o 1.6 millones de kilómetros. Una perspectiva que sin duda parece ha gustado mucho a los mercados por la idea de unos coches prácticamente eternos, y con un buen valor residual incluso a largo plazo gracias a su batería.
También está la cuestión de la ampliación de la cartera de productos. Después de la llegada del Model Y, ahora Tesla se afana en lanzar el mercado el Semi. El camión eléctrico que esta semana ha recibido por fin la luz verde para su producción después de un baile de retrasos. Un modelo que según un correo interno comenzará su fabricación este mismo año.
Se pueden añadir a las buenas noticias que han catapultado las acciones de Tesla a niveles impensables hace poco las ventas del Model 3 en China. Un mercado en el que Elon Musk ha puesto muchas esperanzas y que está respondiendo con una fuerte demanda, y sobre todo con unos modelos de producción local que están alcanzando unos márgenes de beneficio astronómicos, y todavía con margen para mejorar.
Añadir la buena marcha de la Gigafábrica de Alemania, que a pesar de las dificultades por la situación mundial está avanzando a toda máquina. Una instalación que debería comenzar a producir vehículos a mediados de 2021, e incluso según los rumores podría ser antes.
Un conjunto de noticias que ha provocado que en lo que llevamos de año las acciones de Tesla hayan visto aumentar su valor un 126%. Una cifra realmente importante que además se está produciendo en un momento de dura crisis económica por la pandemia que parece no está haciendo mella ni al fabricante ni a la confianza de los inversores.
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