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Sale a la venta un rarísimo Mars II de 1968, un coche eléctrico derivado del Renault 10

En el año 1967, Robert Aronson, presidente de la empresa estadounidense Electric Fuel Propulsion, y Donald Swanson, propietario de un concesionario Renault en Michigan, se asociaron para impulsar un ambicioso proyecto: la creación del Mars II, un coche eléctrico derivado del Renault 10 (el Mars I precedente fue un primer intento basado en el Renault Dauphine que sirvió como germen para el Mars II).

El Renault 10 era una berlina «todo-atrás» (tracción y motor traseros) derivada del popular Renault 8, y fue elegida para convertirse en la base del Mars II debido a que era uno de los automóviles más ligeros a la venta en Estados Unidos. Tanto el maletero (situado delante) como el vano motor se llenaron de baterías de plomo-cobalto, las cuales alimentaban un motor de corriente continua con 15 CV de potencia.

El modelo tenía una velocidad punta de 95 km/h y era capaz de hacer el 0 a 64 km/h en unos 10 segundos. Dependiendo del uso, el Mars II podía recorrer entre 110 km y 190 km por carga, una cifra sorprendente (sobre todo desde una óptica actual) que era posible gracias entre otras cosas a su sistema de frenada regenerativa.

Al Mars II podía cargarse al 80% en 45 minutos y al 100% en 90 minutos, y la vida útil de las baterías era de 800 ciclos (es decir, entre 90.000 km y 145.000 km). La comercialización de este modelo adelantado a su tiempo apenas duró un año, de 1967 a 1968, y se estima que solo se construyeron unas 45 unidades, algunas de las cuales terminaron en manos de General Motors, que testó el Mars II durante seis meses para comprobar la viabilidad de los coches eléctricos.

Ahora, una de las pocas unidades supervivientes del Mars II ha salido a la venta en Craigslist a un precio de apenas 5.800 dólares, toda una ganga si tenemos en cuenta su enorme rareza. El vehículo fue comprado en su momento por la compañía eléctrica EWEB de Eugene, Oregon, y aparentemente mantiene su tren motriz original completamente intacto.

Lo cierto es que el coche necesita someterse a una restauración para volver a lucir como antaño; sin embargo, el Renault 10 fue un modelo relativamente común en Europa (y sobre todo, compartía numerosos elementos con el Renault 8, que fue un auténtico superventas), por lo que probablemente no sea un proceso especialmente complicado.

Fuente | The Drive

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