Hyundai propone el transporte de hidrógeno usando la infraestructura del petróleo

Fabricantes como Hyundai han apostado fuerte por los sistemas a hidrógeno, como una alternativa de movilidad sin emisiones. Pero quieren ir mucho más allá y desarrollar una sociedad del hidrógeno donde este elemento sustituya no sólo a los combustibles de los coches, sino también sea usado en aplicaciones como climatización. El problema es que el transporte a alta presión es un importante freno debido a factores como el coste y la dificultad para recorrer largas distancias de forma segura.

Ahora Hyundai está explorando una nueva forma con una colaboración con la compañía Hydrogenious Technologies. La idea sería utilizar la tecnología del líquido orgánico portador de hidrógeno, LOHC en sus siglas en inglés, con el que se podría transportar hidrógeno con seguridad y eficacia en aceites portadores de líquidos.

La propuesta de almacenamiento químico de hidrógeno en un LOHC existe desde los años setenta, y compañías como Hydrogenious Technologies, con la que se ha asociado Hyundai para el desarrollo de este sistema, han jugado un papel primoridal al desarrollar un fluido portador ideal, el dibenciltolueno, un líquido que ya se comercializa a bajo precio para tareas de transferencia de temperatura, y optimizó y amplió los procesos químicos necesarios para lograr un producto viable en el aspecto comercial.

Según Martin Schneider, director de gestión de productos en Hydrogenious Technologies. «La densidad de almacenamiento del hidrógeno en LOHC es hasta cinco veces superior a la de almacenamiento convencional a alta presión, lo que implica que un metro cúbico de LOHC es capaz de transportar unos cincuenta y siete kilogramos de hidrógeno. Esto significa que camiones, trenes o buques pueden transportar más material y por tanto se reducen los costes para los clientes«.

Además añaden que el almacenamiento químico en dibenciltolueno es seguro, y reutilizable, por lo que es posible volver a usar el mismo fluido LOHC centenares de veces. Además, como el portador de hidrógeno no es tóxico, es difícilmente inflamable y no es explosivo, puede transportarse en condiciones ambientales a través de la infraestructura existente para combustibles líquidos, ya sean oleoductos, camiones cisterna, barcos, trenes…etc.

Por supuesto, el proceso también tiene sus puntos negativos, como la necesidad de seguir usando una flota de camiones (de momento diésel en su mayoría) para el traslado del material. Algo que se añade al ya de por si menos eficiente proceso de compresión y descompresión en las estaciones de repostaje, y el elevado coste del producto final.

Pero de fructificar, esta tecnología permitirá ampliar las posibilidades de la tecnología de hidrógeno no sólo en el sector transporte, sino también de cara a su uso en aplicaciones residenciales de climatización, para facilitar la sustitución de las calderas a gas o gasóleo.

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