El Wuling Mini puede ser la primera víctima de una absurda norma de algunas ciudades chinas
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Publicado: 10/05/2021 10:07
El Wuling Hongguang MINI se ha convertido por méritos propios en todo un fenómeno de masas en China. Un coche eléctrico barato que se ha situado en la primera posición de ventas en este inicio de 2021, casi duplicando en matriculaciones al segundo. El Tesla Model 3. Pero ahora una absurda norma de grandes ciudades como Shanghái puede echar por tierra su trabajo.
Como recordamos, el Wuling es un pequeño urbano de apenas tres metros de largo, capacidad para cuatro pasajeros, y un precio que en China después de las ayudas públicas se queda en apenas 3.500 euros. Un precio más que razonable para un modelo con una autonomía real en torno a los 100 kilómetros con cada carga.
Esto le ha llevado ya en 2020 a ser el segundo coche eléctrico más vendido de China, con 119.255 unidades, solo superado por el Tesla Model 3 con 139.925 unidades. Pero este año sus ventas están incluso creciendo y en el primer trimestre ya ha logrado alcanzar las 96.000 unidades. Casi las mismas que el pasado año al completo.
Ante esto, todos podríamos pensar que el gobierno chino pondría una alfombra roja a su modelo más popular. Pero parece que esto no está siendo así, y el Wuling puede ser la primera victima de una norma de lo más absurda.
En Shanghái, el Wuling perderá a partir de este mes de mayo el privilegio de recibir una matrícula verde. Un incentivo pensado para los coches eléctricos, que tienen ciertas ventajas como por ejemplo que los clientes no tienen que esperar al sorteo para poder acceder a la compra. Una medida que afecta a los coches de combustión destinada a reducir la avalancha de compras que colapsa la ciudad según mejora la economía de los chinos.
Sin esta matrícula verde, el comprador del Wuling tendrá que ponerse a la cola y esperar su turno para poder realizar la adquisición. ¿Sus delitos? Ser un coche barato y pequeño.
Y es que la nueva norma estipulará que los vehículos con un coste de menos de 100.000 yuanes (12.800 euros al cambio) y un cuerpo de menos de 4.6 metros, no podrán acceder a estas ventajas. Algo que extiende una sombra negra entre aquellas opciones de reducidas dimensiones y bajo coste que se han convertido en una excelente alternativa para moverse de una forma más sostenible y racional por las grandes urbes chinas.
Ahora queda por ver si la administración de Shanghái mantiene esta absurda norma que amenaza con frenar la buena marcha de todo un fenómeno de masas como está siendo el Wuling, o finalmente deciden entrar en razón y realizar una modificación que les permita mantener sus ventajas.
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