La empresa Ample, con sede en San Francisco, ha introducido el intercambio de baterías en coches eléctricos en los EE. UU. La compañía permaneció en silencio antes de su reciente lanzamiento de cinco estaciones de intercambio en la zona de Bay Area. Los conductores de Uber en el área son los primeros clientes de Ample y se beneficiarán de esta tecnología, que no es nueva.
Anteriormente, una startup llamada Better Place lanzó una empresa de intercambio de baterías y coches eléctricos después de recaudar 850 millones de dólares, pero finalmente quebró en 2013. Tesla también hizo una demostración del intercambio de baterías en 2013 y puso en funcionamiento una estación durante aproximadamente un año. Elon Musk dijo que los propietarios de Tesla no estaban interesados en esto.
El intercambio de batería ya es común en China. El fabricante de vehículos eléctricos NIO, entre otros, planea duplicar su red de estaciones de intercambio a 500 a lo largo de 2021, junto con la apertura de las primeras estaciones en Noruega como parte de sus planes de expansión en Europa. Ample, sin embargo, tiene un enfoque diferente, empleando baterías modulares y un con un enfoque claro a flotas.
El cambio de baterías consiste básicamente en sustituir una batería agotada (o casi agotada) por otra que ya ha sido cargada. El proceso supone viajar hasta una estación de intercambio, en la que un sistema completamente automatizado realizará el cambio en pocos minutos. Las baterías descargadas se almacenan y se cargan al mismo tiempo. Este sistema es una alternativa a la carga rápida en corriente continua a la hora de realizar viajes largos.
Este sistema, al igual que toda tecnología existente, cuenta con numerosas ventajas y desventajas. Las principales ventajas del intercambio de baterías son las siguientes:
- En cuestión de pocos minutos, nuestro coche es capaz de contar con una batería completamente cargada, sin necesidad de esperar. Además, la cada vez menos presente «ansiedad por quedarte sin batería» desaparece.
- Las baterías se cargan fuera del vehículo, por lo que no existe limitación de espacio o peso a la hora de diseñar el cargador.
- Las baterías se pueden cargar en conjunto con la carga inteligente, permitiendo a la estación elegir las horas de menor coste o de mayor presencia de renovables.
Sin embargo, también existen una serie de retos si queremos que esta tecnología se use masivamente.
- Si queremos que las estaciones de intercambio puedan ser usadas por todos los modelos de todas las marcas, el diseño de las baterías deberá ser común. Alcanzar este acuerdo entre todos los fabricantes a nivel mundial no es tarea fácil, puesto que cada vez son más.
- El cliente del coche eléctrico deberá estar mentalmente «preparado» para no poseer la batería en propiedad, algo que ya causó ciertos problemas a Renault. Además, existe la posibilidad de que la batería que nos coloquen en la estación de intercambio tenga una degradación muy superior a la nuestra, ya que no todos los usuarios tienen hábitos «sostenibles.»
- Como consecuencia de lo anterior, todas las baterías deberán monitorizarse, debiendo retirarse si la degradación de una unidad concreta es muy alta.
- Además, la continua conexión y desconexión de la batería podría causar fatiga en dicha conexión, por lo que el diseño debe ser robusto y garantizar la seguridad en todo momento.
Todos estos retos derivados del intercambio de batería, a priori, no suponen gran problema para la mayoría de los usuarios. El principal problema que presenta esta tecnología es el ajuste de la oferta y la demanda. Si voy viajando y necesito cambiar la batería, ¿Habrá alguna disponible en la estación de recarga? ¿Cómo gestiono el posible tráfico que se genere en los alrededores de dicha estación?
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Fuente | CNBC