La ACECA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) está presionando a la Unión Europea, con el fin que desde Bruselas se obligue a los estados miembros para que incentiven la implantación y el crecimiento de redes de carga para el coche eléctrico y puntos de repostaje de hidrógeno.
Pese a que compañías como Tesla apostaron desde sus inicios por una red de carga fácil de usar y bien distribuida a lo largo de diferentes países y continentes, la industria tradicional del automóvil no ha querido asumir riesgos y ahora demanda la ayuda de la Unión Europea, ante la falta de una red capilar a nivel europeo.
Las peticiones de los fabricantes se están haciendo al máximo nivel. De hecho, el Comisario de Industria de la UE, Thierry Breton, considera que esta es una buena idea. En declaraciones realizadas al medio germano Stuttgart News, Breton propone que los estados tengan unos requisitos vinculantes para desarrollar las infraestructuras de recarga.
La intención por parte del comisario es que Bruselas eleve un reglamento a nivel de ley de la propia Unión Europea. De esta forma cada nación tendrá que adecuar su legislación de acorde con la legislación europea.
Breton no es partidario de la prohibición de los motores de combustión y apuesta por un mix repartido entre el coche eléctrico, los movidos mediante hidrógeno y aquellos que puedan usar combustibles sintéticos.
Pese a sus puntos de vista el comisario adelanta que la nueva normativa ‘Euro 7’ será ambiciosa agregando que desde la Comisión «queremos que el motor de combustión interna sea lo más limpio técnicamente posible«.
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