Si el riesgo de la invasión de los fabricantes chinos no fuese suficiente para la industria del automóvil europea, ahora acaba de confirmarse que Estados Unidos también quiere convertirse en una amenaza en la nueva era del coche eléctrico. El fabricante norteamericano Rivian estaría en conversaciones con el gobierno británico para abrir una fábrica en su territorio.
De esta forma la startup respaldada por gigantes como Amazon y Ford, estaría buscando el apoyo del gobierno de Boris Johnson para levantar una fábrica de coches en la zona de Bristol.
Según informa el canal Sky News, las conversaciones se llevan realizando desde hace semanas, y estas supondrían el apoyo económico por parte de las administraciones inglesas en una inversión que se estima se situará por encima de los 1.000 millones de euros.
Ahora queda por saber qué función tendrá esta fábrica si llega a ponerse en marcha. Como recordamos, ahora mismo Rivian cuenta solo con dos propuestas, la R1S (SUV) y R1T (pick-up). Además, tiene un importante contrato con su principal inversor, Amazon, que ha encargado 100.000 furgonetas de reparto eléctricas.
Como os adelantábamos ayer, Rivian contemplan tener seis modelos en la gama para mediados de la década. Además, Rivian registró este mes las denominaciones comerciales de varios modelos que sugieren versiones de tamaño inferior al dúo R1S/R1T. De hecho, se llaman R3S, R4S, R5S, R3T, R4T y R5T. ¿Y qué pasa con R2S y R2T? Ya se habían registrado previamente en la oficina de patentes de Estados Unidos. No olvidemos que también reservaron los nombres R1V y R2X.
Esto nos indica que la marca americana busca no sólo atacar el mercado de las pickups-SUV o furgonetas, sino ampliar la oferta a otros segmentos más populares, como berlinas o compactos, que aprovecharán toda la experiencia que ha logrado la marca en los últimos años, y el apoyo económico que supone tener a Amazon y Ford detrás.
También queda por ver si finalmente se cierra el acuerdo si mantendrán su apuesta por reutilizar instalaciones ya en marcha, como la adquirida a una joint venture de Mitsubishi y Chrysler en Illinois, que les permite reducir costes y acelerar el proceso de puesta en marcha de las líneas.
Un agresivo plan de expansión que incluye una segunda fábrica en Estados Unidos, donde tienen previsto invertir 5.000 millones de dólares y seguir aumentando su capacidad de producción.
Fuente | Sky News