Todo evoluciona en el ecosistema de la electromovilidad, incluyendo los puntos de recarga. La empresa estadounidense Atom Power ha ideado una solución adecuada para aquellos que necesiten puntos de recarga en corriente alterna, véase administraciones públicas, flotistas, comunidades de vecinos o aparcamientos. Lo han llamado PURPL.
¿Qué hace a este sistema especial? Básicamente, divide la infraestructura en dos pedazos. Por un lado tenemos el núcleo, un panel que se conecta directamente a la caja de fusibles del edificio o infraestructura y realiza toda la gestión de las recargas. Aquí se encuentra todo el equipamiento más sofisticado y caro, el que estando al aire libre es susceptible de ser dañado por golpes de aparcamiento, climatología o vandalismo.
Del núcleo se dirigen los cables a los puntos de recarga individuales o dobles, que son simples cajas o postes con cables y una electrónica mucho más sencilla. Se ofrecen puntos de 11,5 KW y 48 amperios o de 19,2 kW y 80 amperios, siempre hablando de corriente alterna. La velocidad de recarga máxima queda condicionada al conversor AC-DC del vehículo, que puede ser de 6,6, 7,2 o 22 kW, por ejemplo. El conector viene integrado con enchufe J1772. No hay que sacar cables del maletero, solo abrir la tapa del enchufe hembra.
Al estar todo lo sofisticado guarecido en un edificio o infraestructura, aporta seguridad adicional y costes de mantenimiento potencialmente menores. Por ejemplo, en caso de desastre, un poste o caja individual tiene un coste de sustitución de 400-500 dólares en vez de varios miles. No obstante, el potencial ahorro viene dado por la gestión inteligente de la recarga y por ser una solución escalable, baja el coste de instalación de puntos de recarga adicionales a los inicialmente previstos.
Así, el responsable de la infraestructura puede racionar el amperaje que va a cada vehículo y el de la instalación en su conjunto, esquivar las horas de mayores precios de la electricidad o poniendo limitaciones de tiempo por recarga. El núcleo es el que abre o cierra el suministro de corriente de cada punto de recarga. La activación puede solicitarse con una aplicación móvil, por ejemplo. También resulta sencillo tarificar a cada usuario su parte de la factura.
En el caso de Estados Unidos, el potencial ahorro puede ser muy grande, ya que en su sistema eléctrico se penaliza mucho la electricidad cuando la infraestructura supera su consumo histórico máximo. Así, la diferencia de cargar 20 coches eléctricos de forma inteligente o «estúpida» -como una recarga simultánea de día, de 16:00 a 18:00- es notable al cabo del mes, 989 dólares frente a 10.148 dólares.
Aunque esta solución de recarga inteligente se acaba de lanzar al mercado, ya había un contrato previo con una comunidad de vecinos de Nueva York, que inicialmente pidió 355 puntos de recarga y ha elevado el pedido a 500. En el futuro cercano empezaremos a ver despliegues de este tipo en comunidades de vecinos y urbanizaciones, siendo más económico poner puntos de recarga a nivel comunitario que si cada uno lo pide por su cuenta.
El sistema de recarga inteligente PURPL se ideó inicialmente como una solución para establecimientos comerciales o industriales, pero Atom Power decidió dar el salto al mercado residencial en julio de este año.