El primer coche eléctrico que Ford se tomó en serio, el Mustang Mach-e, tiene un problema con sus baterías de origen LG. El fabricante ha descubierto que, ante un uso intensivo en la recarga (alta potencia) o haciendo uso intensivo del acelerador (sobre todo a tabla), las conexiones de corriente continua de las baterías podrían sobrecalentarse, pero no salen ardiendo como los Chevrolet Bolt.
En un caso extremo, la unidad de potencia cortaría la corriente a los motores, pudiendo detenerse la marcha de forma segura y con el sistema de 12 voltios funcional, tirando este de la batería de toda la vida al cortarse también el conversor de voltaje. También puede ocurrir que el coche considere que no se puede arrancar de forma segura, y simplemente no lo hará. Ford llamará a revisión a casi 50.000 unidades en Estados Unidos, aunque el problema estará ahí en otros tantos que se han exportado desde Norteamérica.
Está afectada toda la producción de mayo de 2020 a mayo de 2022, las entregas a clientes se han congelado hasta nuevo aviso
La mala noticia es que Ford no solucionará el problema inmediatamente y que no hay piezas disponibles para cambiar. La buena noticia es que bastará una actualización del software del control de potencia, que previsiblemente cortará el flujo de energía para evitar el sobrecalentamiento de las conexiones. Esto podrá hacerse bien a través de Internet (OTA) o acudiendo a un servicio técnico oficial de Ford, pero antes los propietarios serán avisados. Ford se ha adelantado a una llamada a revisión forzosa de la NHTSA.
Para reducir la probabilidad de que se produzcan pérdidas de potencia o que el Mach-e no arranque, basta con hacer un uso más gentil del acelerador -se puede conducir con normalidad- y evitar, en la medida de lo posible, las recargas de alta potencia. Dicho de otra manera, quien circule de acuerdo a las normas de tráfico y recargue en el hogar seguramente no tenga ningún problema.
Los componentes afectados son el módulo de control de diagnóstico a bordo secundario (SOBDMC) y el módulo de control de energía de baterías (BECM)
No es la primera vez que Ford ha tenido problemas con alguno de sus coches con una utilización exigente, le ha pasado tanto al propio Mustang Mach-e como al Mustang Shelby GT350 con el motor V8 y sin el paquete Track Pack; esto último le ha costado a Ford una demanda colectiva de aquellos que pensaban que compraron un coche para poder meterse a circuito.
El medio estadounidense Edmunds ya criticó en noviembre del año pasado que el Ford Mustang Mach-e GT solo podía aguantar la máxima potencia durante 5 segundos -para conservar las baterías-, motivo por el cual no les pareció recomendable frente al Tesla Model Y Performance. Estas cosas suceden también con ciertos motores térmicos llevados al límite, pero tardan más tiempo en sobrecalentarse -salvo averías graves de refrigeración-.
Aunque la tecnología de los coches eléctricos sea básicamente la misma desde mediados del Siglo XIX -sí, se inventaron antes que los coches con motor Otto- en la actualidad se ofrecen unos niveles de potencia que a veces no son sostenibles de forma continuada. Los motores eléctricos no suelen ser el problema, pero sí baterías o electrónica de potencia cuando se sobrecalientan.
Y los sistemas de seguridad suelen funcionar; antes de que la cosa vaya a más, la electrónica corta por lo sano. No está de más preservar las baterías, considerando que solo las baterías del Mustang Mach-e cuestan por encima de 16.000 euros. Durante los millones de kilómetros que los fabricantes dicen probar sus coches, antes de salir al mercado, no siempre estas cosas salen a la luz, pero siempre es mejor que se den cuenta a tiempo, antes de que un solo cliente se quede sin potencia en pleno adelantamiento.
