Tenemos una nueva pista sobre lo que puede ser el primer coche eléctrico de Lamborghini. En mayo Automobili Lamborghini S.p.A. registró en la oficina europea de patentes el nombre «Revuelto», pero también lo hizo en la Dirección General para la Vigilancia de la Propiedad Intelectual de Italia. La empresa quiere proteger ese nombre a nivel comercial, Lamborghini Revuelto.
Los usos para la marca que se han reservado son varios. En la Clase 9 se integran componentes de automóviles de cualquier naturaleza, en la Clase 12 cualquier tipo de vehículo, en la Clase 25 ropa, y en la Clase 28 juguetes y reproducciones a escala. Esto nos permite intuir que si algún día existe un Lamborghini Revuelto, habrá merchandising asociado en forma de ropa y juguetes para los fans.
Normalmente Lamborghini ha tirado de tradición taurina para poner nombres a sus modelos. No he encontrado el nombre de ningún toro célebre con el nombre de Revuelto, pero ciertamente es una característica achacable a muchos astados cuando entran al ruedo o corren en un encierro. La máquina de la rumorología le achaca otra posible propiedad al Lamborghini Revuelto, ser totalmente eléctrico.
Partimos de la obviedad de que las letras «EV» están inscritas en «Revuelto», además de las connotaciones que tiene la palabra en castellano. Los aficionados a la gastronomía ya se habrán dado cuenta que combina bien un revuelto de huevos con el rabo de toro. Hay muchas formas de interpretarlo, pero también encaja con los planes de Lamborghini, probablemente la marca menos amistosa para los veganos.
Antes de que el Urus quede totalmente electrificado, habrá un coche eléctrico de Lamborghini de tipo GT, pero con altura extra al suelo, lo que invita a pensar en una respuesta al Ferrari Purosangue. Un crossover tiene menos problemas a nivel de ingeniería para colocar baterías bajo el piso, y está a la moda. Además, el Urus ya ha pasado de 20.000 unidades y es el Lamborghini que más rápido ha llegado a esa cifra, así que el concepto no disgusta a la clientela.
Sin embargo, hablaríamos en todo caso de un Lamborghini apto para una utilización habitual, a diferencia de los modelos más deportivos, que van a seguir teniendo motores de combustión interna mientras haya demanda para ellos, eso sí, con el apoyo de motores eléctricos. Como es un fabricante pequeño, puede permitirse ese lujo, al igual que no tener que cumplir límites de emisiones de CO2.