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Tesla usará su enorme margen de beneficio por unidad para comenzar una guerra de precios

Recientemente hemos visto como el sector del coche eléctrico ha pasado de un 2022 donde solamente veíamos subidas de precios, a un 2023 que ha comenzado con una declaración de guerra por parte de Tesla, que ha rebajado agresivamente sus tarifas. Un factor que es posible gracias al enorme margen de beneficio que ha logrado acumular Tesla en los últimos años, y que le colocan en una posición privilegiada para esta nueva batalla.

Según los datos de Reuters, en el último trimestre de 2022 Tesla ha logrado un beneficio neto por vehículo vendido de 15,653 dólares, lo que supone más del doble que su más cercano rival, Volkswagen, cuatro veces respecto a Toyota, y cinco veces más que Ford.

Solamente un fabricante le sigue el ritmo, y es BYD. Una marca que ha apostado como los americanos por la producción propia de la mayor cantidad posible de componentes, y que logra un beneficio neto de 14.921 dólares por unidad vendida. Pero BYD se enfrenta a un escenario donde sus entregas dependen casi en su totalidad de China, un mercado que el 1 de enero ha dado por terminadas las ayudas a los coches eléctricos, por lo que podría verse afectada en entregas este año.

Los principales perjudicados de esta política de precios de Tesla son las nuevas startups, en plena fase de expansión y con grandes costes en I+D y crecimiento comercial, que ven como sus habituales malas cifras de los primeros años, pueden empeorar si Tesla inicia una guerra de tarifas.

Por ejemplo, Xpeng Motors, que en el último trimestre de 2022 indicó que habían tenido unas pérdidas netas de 11.735 dólares por unidad vendida. Y esto antes de su reciente anuncio de reducción de precios de sus vehículos como respuesta al movimiento de Tesla, que ha recortado algunos precios en hasta un 13%.

La sobreproducción, la bomba que espera a los rezagados

Según Reuters, uno de los principales problemas en quedarse ahora atrás en cuanto a ventas, está en que las marcas con menos beneficios y volumen pueden verse literalmente fuera del mercado en pocos años.

Para 2026, la demanda de coches eléctricos en mercados como Estados Unidos y Canadá alcanzará un nivel de 2,8 millones de unidades al año. Pero las fábricas de eléctricos de Norteamérica serán capaces de ensamblar más de 4,5 millones de vehículos por año. Algo que supondrá que habrá mucha más producción que demanda, y donde solo sobrevivirán los más fuertes.

Una situación que resume Bill Russo, de la consultora china Automobility: “Tesla ha optado por la opción nuclear para sacar del tablero de juego a los grupos más débiles y con menor margen en China. Algo que tendrá como resultado un pastel grande, menos porciones, más para comer para los que quedan”.

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