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26 millones de coches electrificados en todo el mundo y más de la mitad, en China

Un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), llamado «Perspectivas globales sobre el vehículo eléctrico», pone de relieve la fuerza de los diferentes mercados automovilísticos a nivel mundial en lo que a coche eléctrico se refiere.

Este estudio pone una cifra de coches, contando los eléctricos puros e híbridos enchufables, que circulaban por las carreteras de todo el mundo en 2022: 26 millones de vehículos electrificados, de los que el 70% eran eléctricos y el 30% híbridos plug-in.

Y ojo a la cifra más sorprendente del estudio: más de la mitad de esta cifra, 13,8 millones, está concentrado en un único país, China. Y es que resulta imposible hablar del vehículo eléctrico sin mencionar el mercado asiático.

El dominio de China en el mercado de coches eléctricos

Dominan por completo en este apartado y estas cifras lo ponen de relieve: no solo por los coches en circulación, sino por las marcas implicadas en la fabricación de este tipo de vehículos, los acuerdos a los que llegan con marcas europeas y norteamericanas, así como en la producción de baterías.

Por cuestiones políticas, en China se llevan ya muchos años trabajando en una misma dirección, y ahora ese camino de la electrificación está dando sus frutos. De hecho, ya se ha superado de lleno el objetivo marcado para el 2025 en cuanto a vehículos alternativos.

El peso de los coches eléctricos en las ventas a nivel mundial crecerá de forma considerable en los próximos años, según el informe del IEA.

El estudio de la IEA también revela que China, cómo no, es el principal mercado mundial de coches electrificados a nivel de ventas: 6 de cada 10 vehículos electrificados que se matriculan en el mundo se dan en el país asiático.

El caso más parecido en Europa, segundo mercado principal tras China y por delante de Estados Unidos, también con un fuerte matiz político: este lo encontramos en Noruega, líder absoluto en el Viejo Continente en penetración de vehículos eléctricos.

En Europa, las ventas de coches electrificados crecieron un 15% en 2022, alcanzando una cuota de mercado del 20%, aproximadamente. En EE.UU., por su parte, las ventas aumentaron un 55%, gracias sobre todo a la política IRA (Ley de Reducción de la Inflación) y al programa de incentivos en el país, aunque la cuota de mercado allí se quedó en el 8%.

Las previsiones de futuro: coches eléctricos y baterías

Más cifras interesantes: según el IEA, se prevé que en 2023 se llegue a los 14 millones de coches electrificados vendidos en todo el mundo, lo que supondría un crecimiento del 35% y que representen un 18% de las ventas totales (contando todos los combustibles y opciones disponibles).

Si lo comparamos con los últimos años, en 2022 la cuota de mercado de los vehículos electrificados fue del 14%, en 2021 del 9% y en 2020 de apenas el 5%. Previsiones más futuras, de cara al 2030, se atreven a hablar de un 60%.

Según el informe de la IEA, la apuesta por el vehículo eléctrico permitirá que, a nivel mundial, se evite el consumo de 5 millones de barriles de petróleo al día para el año 2030.

La UE y Estados Unidos coordinarán sus programas de incentivos para coches eléctricos.

«Las tendencias que estamos presenciando tienen implicaciones significativas para la demanda mundial de petróleo. El motor de combustión interna no ha tenido rival durante más de un siglo, pero los vehículos eléctricos están cambiando el ‘statu quo’. Los automóviles son solo la primera ola: los autobuses y camiones eléctricos les seguirán pronto», asegura Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA.

¿Y si hablamos de producción de baterías? El informe de la IEA considera que, a día de hoy, los proyectos anunciados hasta la fecha «son más que suficientes» para satisfacer la demanda global hasta 2030. Al otro lado del charco, por ejemplo, se anunció la inversión de unos 47.000 millones de euros para las cadenas de suministro en Norteamérica.

Aun así, resulta bastante evidente que la fabricación de baterías «sigue estando muy concentrada» en China, como reconoce mismamente el IEA. En el país asiático, aparte de la fuerte apuesta desde hace ya unos años, cuenta con una alta disponibilidad de materias primas, necesarias para la producción de baterías, y una política favorable. Las iniciativas en Europa y Estados Unidos llevarán años para revertir esta situación.

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