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El valor de los coches gasolina se desploma en China en una tendencia que se extenderá a occidente

Hace unas semanas hemos hablado de un grave problema al que se enfrentan algunas marcas en China. Y es que el 1 de julio entrará en vigor una norma sobre emisiones que en la práctica supondrá que determinados modelos gasolina no podrán venderse en ese mercado. Algo que ha pillado a algunos grupos con cientos de miles de unidades en stock que no logran vender. Un aviso de una tendencia que los expertos avisan que se extenderá a nuestro mercado antes o después.

En el caso de China, la crisis es bastante importante ya que se estima que hay al menos medio millón de unidades en stock que no logran encontrar comprador. Cientos de miles de vehículos a gasolina que no se han vendido, pero lo peor para los fabricantes es que a partir de julio ni siquiera se podrán vender ni con precios por debajo de su coste de producción.

Esta es otra señal de que la industria automotriz mundial no está lista para la transformación a los coches eléctricos, y que camina hacia una «sorpresa» anunciada que se llevará por delante a unos cuantos grupos occidentales por su lenta adopción.

Como recordamos, las nuevas reglas de emisiones chinas se anunciaron en 2016 y entrarán en vigor el 1 de julio de este año. Algo que supone que los fabricantes han tenido casi siete años para prepararse para producir y vender coches menos contaminantes. Tiempo que según el gobierno de Pekín ha sido más que suficiente para llevar un nuevo modelo completamente desde la concepción original hasta la producción.

El principal problema es que estas normas a pesar de no prohibir las ventas de coches gasolina, si establece unas normas más exigentes en cuanto a emisiones para adecuarlas a las existentes en Europa. Algo que añade más leña a una actitud bastante pasiva por parte de los grupos, principalmente los occidentales, que son los más expuestos a esta situación.

Y es que las marcas chinas han apostado con mucha más ambición por el coche eléctrico en una tendencia que ha llevado al gigante asiático a dar un salto adelante enorme en muy poco tiempo. Por ejemplo, en 2015 la cuota de ventas de los coches eléctricos era de solo 0,84%. Cifra que en siete años ha saltado hasta el 30% logrado en 2022. Algo que les ha permitido superar a Estados Unidos con mucha diferencia, pero también a Europa.

El resultado es que cada vez hay más demanda de coches eléctricos, y menos demanda de coches gasolina. Hay que añadir el efecto negativo que la entrada de las nuevas normas de emisiones ha tenido sobre el valor y la percepción de los clientes de los coches en stock, que han visto como las marcas han aplicado fuertes descuentos para sacarse de encima cuanto antes esas unidades.

Pero los clientes han preferido esperar a ver si los precios bajaban todavía más. Lo que está dando como resultado que las ventas son cada vez a mayor pérdida, y con el riesgo de que el 1 de julio todavía haya cientos de miles de unidades que ya no se puedan vender.

Y luego, el turno de occidente

El cambio de China en la adopción del coche eléctrico puede parecer ser un caso excepcional. Ha pasado de la cola a la cabeza en muy pocos años, solo por detrás de los países del norte de Europa en cuanto a cuota de ventas, pero evidentemente muy por delante en volumen.

Pero está claro que antes o después esto se extenderá también a Europa, donde la demanda de coches eléctricos también se está expandiendo sin parar, y eso a pesar de los frenos que han puesto algunos grupos con precios inflados y baja capacidad de producción que dispara los plazos de entrega. Pero la tendencia llegará aquí también, y pillará por «sorpresa» a muchos grupos que simplemente no podrán seguir el ritmo.

Se necesita tiempo para diseñar, construir y distribuir nuevos coches. Algo que los fabricantes saben perfectamente. Pero la incapacidad de lograr una visión a medio plazo será la ruina de muchos fabricantes que se han quedado atrás y que no se han tomado en serio la apuesta por el coche eléctrico.

Ya hay señales altas y claras de esto. Por ejemplo vemos a Tesla en Estados Unidos, el segundo mercado mundial del automóvil. Un lugar donde los fabricantes locales hace pocos años se limitaban a lanzar simples conversiones de sus coches de combustión sin muchas ganas, mientras que Tesla lo apostaba todo por su modelo 100% eléctrico.

Ahora, en el primer trimestre de 2023 Estados Unidos ha logrado un récord de matriculaciones de coches eléctricos con 258.882 unidades, un 44,9% más que el mismo periodo del pasado año con una cuota de ventas récord del 7.2%.

Una tendencia positiva en la que Tesla está pescando de forma indiscriminada, y donde ha logrado una cuota de ventas dentro del sector del coche eléctrico del 62.4%. Eso quiere decir que seis de cada diez coches eléctricos que se venden en Estados Unidos, es un Tesla, y además con unas cifras que le permiten superar en ventas a todo el Grupo Volkswagen en este mercado. Incluyendo todas las tecnologías.

Todo esto antes de las recientes bajadas de precios que permiten ver un precio para el Model 3 Standard de apenas 39.990 dólares, a los que los clientes podrán restar los 7.500 dólares de ayudas del gobierno, o los 46.990 dólares del Model Y, que también puede acogerse a la ayuda federal, y que deja sus precios a la altura o incluso por debajo de los modelos gasolina similares.

Aspectos a los que en Europa tendremos que sumar una adopción más rápida del coche eléctrico, así como la llegada imparable de los grupos chinos que han visto la oportunidad ofrecida por los grupos europeos para poder implantarse sin demasiadas dificultades.

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