Las soluciones domésticas para almacenar energías renovables no dejan mostrarse en innovaciones como estas. En este caso, no se trata de una investigación o de una potencial tecnología: la batería doméstica subterránea de la start up neerlandesa Borg Energy Storage es ya una realidad y la puedes instalar en tu casa. Un «pequeño sol» encapsulado que da energía a tu casa cuando tú lo necesitas.
Claro que su instalación no es fácil, ya que como su propia definición indica y como puedes ver en las fotos, su lugar está bajo tierra: en tu jardín o, por ejemplo, en la base de una casa de nueva construcción. Tiene un tamaño considerable (3,80×2,90×1,60 metros), pero permite almacenar 4.000 litros de agua para que funcione con una batería térmica.
¿En qué consiste? La forma más habitual de almacenar la energía generada por los paneles solares o turbinas eólicas, por poner dos ejemplos, recurren a la química, como las baterías de litio. La solución del Borg T4 permite almacenar 200 kWh térmicos, reteniendo energía calorífica mediante conceptos más propios de la geotermia para aumentar su eficiencia. Es decir: la energía se conserva en forma de calor.
La forma que tiene de proporcionar esta energía al domicilio es a través de materiales con cambio de fase, como la sal fundida: esta se calienta durante las cargas y empieza a almacenar dicho calor; en el proceso contrario, este material se solidifica y expulsa el calor para su uso doméstico. La batería térmica neerlandesa promete poder suministrar calor para la calefacción y para el agua sanitaria durante una semana.
El kit de instalación incluye una serie de conexiones que interconectan la batería de calor, la bomba de calor y la vivienda. Un controlador, que se puede controlar desde el móvil emite los comandos a estos componentes usando información que aseguran un uso eficiente de las reservas de calor: previsión meteorológica, precios de la electricidad, demandas de la vivienda…
De esta forma, se aprovechan los momentos en los que los precios son más elevados para usar las reservas de calor, mientras que los días de más sol o viento, con los precios más bajos, se vuelve a generar la energía en la batería térmica. Imagínate también las ventajas asociadas a los picos de energía generada por paneles o turbinas: los excedentes se pierden, pero con una solución como esta se puede redirigir para almacenarse en forma de calor. Una solución ingeniosa que ayuda a sus dueños a estar más cerca de la autosuficiencia energética.
El potencial ilimitado de la tecnología solar térmica y de almacenamiento en sales fundidas
Su precio está a la altura de su tamaño: 15.000 euros, IVA incluido. Los costes de instalación van aparte, ya que rondan entre los 3.000 y los 11.000 euros en función de si se instala en una vivienda existente o de nueva construcción. Y lo mismo si se necesita una bomba de calor, cuyo coste añade otros 10.000-15.000 euros más. Eso sí, Borg asegura una vida útil de este sistema de 50 años, pudiendo amortizarse en 5-15 años, dependiendo de su uso.
Fuente | Borg Energy
