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Los fabricantes de coches vuelven a poner la voz de alarma: «Europa necesita despertar, estamos en un momento crítico»

El Salón del Automóvil de Ginebra 2024 ha servido como última muestra de cómo está el mercado automovilístico en la actualidad: predominan las novedades de coches eléctricos, hay una carrera por querer lanzar propuestas más baratas (como el Renault 5) y, sobre todo, los fabricantes chinos ya está aquí.

Es algo que todos los actores de la industria llevan meses advirtiendo. O más: años avisando de la apuesta total por la electrificación en China, mientras que aquí, en Europa, eran todo risas hacia los coches chinos y las réplicas que hacían de los modelos occidentales.

No es la primera vez que la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, ACEA, lanza un órdago a los líderes políticos de la Unión Europea para llevar a cabo una apuesta decidida, ordenada y consciente de lo que necesita la industria de nuestro continente. Y la cita en Ginebra ha sido un revulsivo para enfatizar aún más su mensaje.

ACEA ha creado un nuevo manifiesto con el que resumir las necesidades de Europa para enfrentarse a una «competencia global masiva a medida que realiza el cambio radical a los coches eléctricos en un período de tiempo muy corto».

ACEA propone medidas específicas y claras para no quedarse atrás frente a China.

Tanto el presidente de ACEA, Luca de Meo (a su vez CEO del Grupo Renault) como Tommaso Pardi, académico perteneciente al Centro Nacional Francés de Investigación Científica, han querido valorar la situación actual ante la prensa reunida en Ginebra.

Soluciones y propuestas para impulsar la industria europea

El mensaje es claro: Europa necesita despertar. Sobre todo, porque los fabricantes extranjeros de coches eléctricos –léase las marcas chinas– «llevan la delantera» en la carrera por el vehículo eléctrico. ¿El motivo? Tienen, claramente, una ventaja competitiva sobre Europa:

  • Han invertido antes y tienen una cadena de valor de batería más integrada.
  • Tienen un acceso más fácil a las materias primas.
  • Tienen mayores economías de escala.
  • Y algo que destacan como lo más importante: «no tienen la carga de eliminar 17 millones de automóviles con motor de combustión en poco más de diez años».

Esto último, como ya sabes, es justamente la estrategia que se ha impuesto la Unión Europea: eliminar los coches con motor de combustión en 2035: «Europa ha antepuesto el vehículo eléctrico a las baterías, lo que ha llevado a dependencias extranjeras estratégicas», afirman desde ACEA.

ACEA lanza un manifiesto dirigido a los líderes europeos.

La solución, en palabras de Tommaso Pardi, está en una «política industrial automotriz integral y coordinada de forma urgente». Por su parte, De Meo insta a que todas estas condiciones estén «firmemente establecidas» para que se pueda cumplir con la fecha establecida del 2035.

«Como líderes empresariales, haremos todo lo posible para que nuestras empresas estén en condiciones de cumplir. No hay manera de que la industria recomiende volver al punto de partida, porque no tiene sentido y es malo para el medio ambiente». Por si alguien se pensaba que las marcas pedirían retrasar la fecha (al menos a fecha de inicios de 2024).

Las ventas de coches eléctricos en Europa, lastradas por el enfoque de los fabricantes en los modelos más grandes y caros

«El mercado de los coches eléctricos es como un cohete, pero necesita un empujón para llegar a la órbita», remata Pardi, en línea con el manifiesto de ACEA, que apunta a 5 recomendaciones de políticas para la UE para los próximos 5 años:

  1. Establecer una estrategia industrial holística de la UE en «todos los pasos de la cadena de valor digital y verde»: minería, refinación, componentes, producción, redes de carga, ayudas a la compra, reciclaje…
  2. Repensar el marco regulatorio y adoptar una visión estratégica a largo plazo, con alternativas viables como «tecnologías/sustancias específicas». Un mensaje que parece ir enfocado al uso de los e-fuels.
  3. Garantizar la competitividad a nivel mundial, con igualdad de condiciones para los vehículos europeos, defendiendo normas de libre comercio justas. Un claro mensaje, en este caso, contra los coches procedentes de China.
  4. Mantener la «mente abierta», garantizando que la apertura tecnológica «fomente las innovaciones y oriente todas las propuestas regulatorias de la UE».
  5. Preservar la movilidad de personas y mercancías, algo que no debería ponerse en peligro: «debe ser asequible y accesible para todos los ciudadanos y empresas europeos».

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