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Le crecen los enanos a Fisker, que tiene que detener la producción del Ocean y sortear los rumores de quiebra

A cada mes de pasa, la situación en Fisker parece empeorar, hasta el punto que la sombra de la quiebra está ciñéndose poco a poco sobre la start up norteamericana de coches eléctricos. Fisker ha tenido que pedirles a los responsables de Magna en Austria, responsables de la fabricación de sus coches eléctricos en Europa, que detenga la producción durante al menos seis semanas.

La compañía norteamericana ha tenido que enfrentarse a unos 4.700 pedidos que han sido cancelados, por lo que esa misma cantidad está ahora en inventario y hay atasco, claro, en la producción de su primer vehículo eléctrico, el Ocean. Algunas de estas unidades han sido producidas este año, pero otras vienen de lo acumulado el año pasado.

El objetivo ahora para Fisker es el de alinear los niveles de inventario y «avanzar en iniciativas estratégicas y financieras», reconoce el documento compartido por la marca. En 2023 la marca ya tuvo que lidiar con varios problemas y tuvo que ir readaptando sus previsiones de ventas según avanzaba el año.

Más problemas para Fisker, que busca un nuevo «salvavidas»

Las cosas van de mal en peor para la marca de Henrik Fisker, que se enfrenta además a graves problemas de liquidez y con unas pérdidas importantes en el ejercicio pasado: 800 millones de euros en 2023, y con apenas 140 millones de euros de liquidez en caja.

Sin embargo, la aparición de un inversor polaco, que se ha ofrecido para inyectar unos 150 millones de dólares, parece que ha calmado un poco las aguas. Las condiciones para esta última inversión no prometen mantener la tranquilidad en Fisker durante mucho tiempo, debido a los altos intereses, al pago en hasta cuatro tramos y a otras condiciones, según las últimas informaciones aparecidas.

Veremos cómo puede afectar este último movimiento en el objetivo de Fisker de establecer una alianza con un gran fabricante. La marca reconoció en su comunicado de prensa que se sigue adelante con estos trabajos: según Reuters, su futuro socio podría ser Nissan, interesando en producir en Norteamérica y en desarrollar conjuntamente al menos una plataforma para vehículos eléctricos, con una inversión de más de 400 millones de dólares.

La marca norteamericana ya advirtió recientemente que se podría quedar sin dinero este mismo año, mientras que un informe reciente del Wall Street Journal afirmaba que se están preparando para una posible declaración de quiebra, con la contratación de expertos en estas materias. Además, la Autoridad de Mercados de Capitales de Estados Unidos, así como la Comisión de Bolsa y Valores del país, están detrás de Fisker y de sus datos de ventas del año pasado, al sospechar que pueden haber sido inflados.

Recordemos que Fisker tiene a la venta únicamente un modelo, el Ocean SUV, el cual se produce tanto en Europa como en Estados Unidos. El Fisker Pear, un hermano más pequeño que el Ocean, tenía que ser el siguiente, pero las prioridades parecen haber cambiado y todo apunta a que la pick-up Alaska será la siguiente en salir al mercado.

Nissan invertirá en Fisker para acceder a su plataforma y lanzar nuevos modelos

La compañía ya ha asegurado que, de momento, no se invertirá más dinero en el desarrollo futuro de nuevos modelos. En este sentido, la alianza con Nissan sería clave para poder avanzar en nuevos proyectos.

Fuente | Motor.es

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