Los principales analistas del mercado coinciden en que el coche eléctrico ha llegado para quedarse, y a pesar de que 2024 no será un año especialmente fructífero, su evolución en los próximos ejercicios será imparable. Pero para lograrlo, hará falta el lanzamiento de modelos de precios accesibles.
El pasado mes de febrero podíamos ver un informe del banco suizo UBS, que indicaba que en 2030 las ventas de coches eléctricos en Europa llegaría a las 9.6 millones de unidades. Una cifra que supondrá multiplicar por cinco las logradas el pasado año, cuando se matricularon 2.1 millones de coches en nuestro mercado.
Por su parte, el banco de inversiones HSBC publicó un estudio propio donde se estimaban que las matriculaciones de coches eléctricos en Europa llegarán a las 9.4 millones de unidades para 2030, lo que supondrá hacerse con el 60% de cuota de mercado.
Para lograrlo, los analistas indican que será necesario una mejora de factores como las redes de carga y las autonomías. Un factor que ha evolucionado de forma significativa en los últimos años, y por ejemplo, entre 2015 y 2023, la autonomía media de los coches eléctricos en el mercado europeo ha pasado de los 200 a los 430 kilómetros. Cifra que volverá a crecer con la nueva generación que llegará con autonomías homologadas de unos 700 km.
Además, será fundamental contar en el mercado con verdaderos coches eléctricos asequibles. Como recordamos, son varios los fabricantes que están ultimando el lanzamiento de lo que denominan «modelos asequibles». Propuestas de entre 23.000 y 25.000 euros, como el Citroen e-C3 o el Renault 5, que para muchos no deberían ser calificadas con ese apelativo.
Para el HSBC, será clave añadir una oferta base con precios de unos 10 o 15 mil euros, para lograr la popularización del coche eléctrico y que este dispare sus ventas en los próximos años.
La conclusión es que los principales retos a superar por el coche eléctrico están siendo solucionados de forma paulatina. Desde la autonomía, las redes de carga, y también la cuestión del precio, que seguirá bajando en los próximos ejercicios, principalmente empujados por la enorme sobre producción de baterías que está teniendo China, que les obligará a ampliar su presencia en el mercado internacional, lo que redundará en más competencia, y mejores costes.
Unas estimaciones que nos indican que para 2035, las ventas de coches con motor de combustión serán minoritarias, lo que supondrá que la prohibición de ventas para esa fase es simplemente una herramienta motivadora y publicitaria sin apenas efectos reales en el mercado.
