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Renault hace una llamada a la industria europea para enfrentarse al coche eléctrico chino

A pesar de que sus cifras de ventas todavía son modestas, la industria del automóvil europea está viendo con mucha preocupación la imparable evolución de las marcas chinas. Precisamente por esto, Luca de Meo, director general del grupo Renault, publicó una Carta a Europa en la que advierte a la UE de la amenaza de los coches eléctricos chinos, y donde pide a las autoridades y los fabricantes locales a movilizarse.

Publicada ayer 19 de marzo, esta “Carta a Europa”, como quiso llamarla Luca de Meo, es una llamada a la acción. A pocas semanas de las elecciones europeas, el jefe de Renault quiere animar a Europa a tomar las decisiones adecuadas para resistir la ofensiva de los coches eléctricos chinos. Según él, esta es la principal amenaza que pesa hasta ahora sobre la industria automovilística europea.

Recuerda el directivo de Renault que el centro de gravedad del mercado mundial del automóvil “se ha desplazado hacia Asia”.

Para demostrarlo, señala que el 51,6% de los coches ya se venden en esta parte del mundo. Esto es mucho más que en Europa (19,5%) o América (23,7%). Y en el segmento de los coches eléctricos, cree que China está logrando un gran avance. Las importaciones europeas procedentes de China se han quintuplicado desde 2017.

Cita cuatro nuevas cadenas de valor que están revolucionando la industria del automóvil: los coches eléctricos, el software, la movilidad y la economía circular. Tantas disciplinas nuevas que los fabricantes deben dominar. Según el CEO de Renault, las marcas deben afrontar hoy 6 grandes retos:

  • Descarbonización
  • La revolución digital
  • Reglamento
  • Volatilidad tecnológica
  • Volatilidad de precios
  • Formación de los empleados

A pesar de esto, Luca de Meo indica que China, Europa y Estados Unidos no tienen las mismas armas para enfrentar cada uno de estos desafíos. Según el directivo: “Producir en Europa cuesta más, mucho más”. Precisa que China está proporcionando más subvenciones a sus fabricantes, mientras que Estados Unidos ha aprobado un plan masivo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), para apoyar esta transición hacia los coches eléctricos, y aplicando a la vez políticas proteccionistas.

A esto se suma que los costes de la energía en China y Estados Unidos son mucho más bajos que en Europa, mientras que los chinos tienen además la ventaja de contar con una fuerza laboral más económica, con una Europa con unos salarios un 40% por encima de los chinos.

Por último, De Meo recuerda que China controla el 75% de la capacidad mundial de producción de baterías, el 90% del refinado de materiales y el 50% de las minas de metales raros.

Son muchos los elementos que pesan en contra de Europa en la competición de coches eléctricos. El jefe de Renault acusa también a la Unión Europea de poner en medio “un montón de normas”. Una burocracia que se ha convertido en un cáncer para Europa, y como ejemplo el plan que entre 2023 y 2030, la Comisión Europea adoptará entre 8 y 10 nuevas normas cada año en el sector del automóvil. Una situación que desde Renault se califica de insostenible para los fabricantes europeos.

Además de mejorar este aspecto, desde Renault se ha animado a los grupos europeos a profundizar en la colaboración.

El propio De Meo lanzó una propuesta para crear un consorcio europeo para el desarrollo y fabricación de coches eléctricos. Un «Airbus» del sector del automóvil.

También propone reconstruir las capacidades de acceso y suministro de materias primas para elementos como motores y baterías. Luca de Meo, por ejemplo, sugiere crear “una plataforma europea para la compra de materias primas críticas”.

Finalmente, Luca de Meo propone diez proyectos concretos para permitir que Europa se ponga al día. Iniciativas en áreas estratégicas “ que involucrarán a todos los actores públicos y privados de manera transnacional y transversal ”. Un modelo que existe y que ha demostrado su eficacia, según De Meo, es el de Airbus. Los 10 proyectos en cuestión:

  • Promocionar los coches europeos compactos y económicos
  • Revolucionar la entrega de última milla
  • Acelerar la renovación de la flota de vehículos
  • Desarrollar infraestructura de carga
  • Lograr la soberanía del suministro de materias primas críticas
  • Incrementar la competitividad de Europa en semiconductores
  • Estandarizar el “ vehículo definido por software ” (SDV)
  • Promover el surgimiento de un líder europeo del metaverso industrial
  • Unificar el reciclaje de baterías
  • Impulsar el potencial del hidrógeno

Opinión

Está claro que la unión hace la fuerza, y que la simplicidad del coche eléctrico hace más fácil el poder compartir desde plataformas, componentes, e incluso hacer un fondo común para adquirir baterías. Algo que redundará en mejores costes.

De lo contrario, Europa se avoca a un desastre industrial similar al vivido en su momento en sectores como los dispositivos electrónicos, dominados casi en su totalidad por los fabricantes asiáticos, y donde los europeos han pasado a la total irrelevancia comercial.

Pero los fabricantes europeos además de unirse y lanzar propuestas más económicas, también deben escuchar a los clientes y adaptar sus propuestas a los nuevos tiempos. Y es que estamos viendo lanzamiento de nuevos modelos diseñados por generaciones de diseñadores obsoletas, que usan el big data para dar forma a los coches, en lugar de hacerlo según los gustos y necesidades de los clientes finales.

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