China está dejando atrás a Europa en la guerra de patentes del coche eléctrico

China lidera la carrera por las patentes relacionadas con el coche eléctrico, tanto gestión de baterías como también lo que tiene que ver con la red de carga pública.

China está dejando atrás a Europa en la guerra de patentes del coche eléctrico
China domina las nuevas patentes de coches eléctricos

8 min. lectura

Publicado: 09/10/2024 11:33

China se ha convertido en pocos años en la gran referencia industrial y comercial del coche eléctrico, y quiere solidificar este dominio con una fuerte inversión que les está llevando a dominar las nuevas patentes en el sector. ¿Qué significa esto para una Europa que se queda atrás?

China ya domina la industria solar y la eólica, también sectores como la siderúrgica, la textil…y ahora a esto se suma también la movilidad eléctrica, específicamente en la investigación de tecnología de baterías y carga.

Guerra de patentes China contra Europa

La tecnología de carga es un apartado clave y cuenta con cada vez más importancia según crece el mercado del coche eléctrico. Así lo averiguó la empresa de análisis de mercado alemana Grünecker, que ha realizado una extensa evaluación de solicitudes de patentes.

Los analistas examinaron tanto el número de solicitudes iniciales de patentes anuales como su tipo. Uno de los principales resultados: 2.000 registros iniciales en 2016 y alrededor de 16.000 en 2022 relacionados con la movilidad eléctrica.

Las cifras muestran que una de cada dos solicitudes de patente en el campo de la electromovilidad se relaciona actualmente con la optimización de baterías y la ampliación de estaciones de carga. En 2014, la tecnología de carga representaba sólo el 10%, en 2022 ya era el 39%. Se investigan, entre otros temas, la gestión de los flujos de energía y de datos entre el coche y la red eléctrica, así como la refrigeración de las baterías de los vehículos eléctricos.

Liderando en movilidad eléctrica: por eso China está invirtiendo en tecnología de carga

Un MG4 cargando

Hay una razón para que China esté realizando una gran inversión, ya que el gigante asiático quiere convertirse en líder en la nueva generación eléctrica, como ya lo es en energía fotovoltaica y eólica.

El gobierno está inyectando ayudas públicas masivas a la industria automotriz, lo que permite a sus grupos avanzar más rápidamente en el desarrollo de sus sistemas, y a la vez les permite mantener los precios bajos, proporcionando una ventaja competitiva.

Pero el mercado interno se está quedando pequeño, tal como afirmó hace unos días el presidente de Xpeng, que ha avisado de que ningún fabricante logrará el éxito si no está presente en Europa y Norteamérica.

Según el informe, China está mirando con cada vez mayor ambición a occidente para su expansión, donde podrá sacar partido a ventajas como el contar con una cadena de suministro perfectamente diseñada. El resultado es que casi toda la cadena de valor de los coches eléctricos (y especialmente de las baterías) se encuentra en el país, lo que hace innecesario tener que importar desde fuera, lo que ralentiza los plazos y eleva los costes.

El dominio de China en este sentido también se refleja en la penetración en el mercado de los coches eléctricos. La cuota de mercado de los modelos chinos está aumentando rápidamente gracias a los subsidios antes mencionados y la abundancia de productos económicamente competitivos, y que ahora quieren aumentar gracias a una inversión en I+D que no tiene competencia.

Una cuestión de seguridad

Modelos de Arcfox

Sin embargo, el dominio de China tiene desventajas, principalmente para los fabricantes europeos. A pesar de que estos avances pueden ayudar a Europa a acelerar su transición hacia formas de movilidad más sostenibles, el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) ya ha advertido de las consecuencias geopolíticas si demasiados coches chinos llegan a las carreteras europeas a una velocidad demasiado alta.

«Estos no son sólo coches, y los coches modernos no pretenden ser sólo coches«, advirtió el ECFR.

Desde el ECFR se pone el dedo en la cuestión del control de China de datos críticos. Los coches hoy en día están conectados a la red, y envían datos que son recopilados dentro y fuera de nuestras fronteras. Esto eleva la preocupación  en sectores como la energía eólica, de que China pueda manipular el funcionamiento de los parques eólicos, lo que para el organismo europeo, supone que exponerse demasiado a los productos chinos es asumir un riesgo.

«Quién controla estos flujos de datos y actualizaciones de software no es una pregunta sencilla, y las respuestas también involucran la seguridad nacional, la ciberseguridad y la privacidad individual«, explicó el ECFR.

Esto incluye la infraestructura de carga. No en vano, las solicitudes de patente también se refieren a la gestión del flujo de datos entre el coche eléctrico, la estación de carga y la red eléctrica. Actualmente, la UE quiere ampliar significativamente la infraestructura de carga rápida para coches eléctricos, y está invirtiendo miles de millones en diferentes proyectos.

La atención se centra especialmente en los llamados puntos de carga ultrarrápidos, cuyo objetivo es acortar drásticamente el proceso de carga, y que van camino de depender en gran medida de tecnología desarrollada en China, lo que para algunos sectores es un riesgo a medio y largo plazo.

Opinión

BYD Seagull

La cuestión es por qué China querría parar parques eólicos, o hacer que sus coches eléctricos funcionen de peor manera que sus competidores. Sería algo absurdo que perjudicaría a sus productos y a sus inversiones.

Está claro que la cuestión de los datos es un elemento muy a tener en cuenta, pero resulta curioso que hasta ahora los datos han ido directos a Estados Unidos, eso no ha supuesto ningún problema para Europa. Pero ahora la sospecha de que sea China la receptora de los datos de sus productos, si eleve la preocupación entre las instituciones comunitarias.

La solución puede ser seguir el ejemplo de la propia China, que preocupada por la recopilación de datos e imágenes de los coches de Tesla, obligó en 2021 al fabricante norteamericano a instalar servidores dentro del país y evitar enviar datos de sus vehículos a fuera. Y el que no cumpla la norma, o sea pillado usando una puerta trasera posteriormente, se le retira el permiso de operar en Europa.

Lo que si está claro es que mientras que en Europa las empresas, y los usuarios en las redes sociales, pierden el tiempo en tratar de frenar al coche eléctrico, en China han pisado el acelerador al máximo, y sus inversiones incluyen la mayor parte de las nuevas patentes, lo que se traducirá en un dominio incontestable a medio plazo.

Fuente | Handelsblatt